REFERENCIA APICE

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sábado, 19 de mayo de 2018

Cathe้dra


Discernimos que algunas veces sabemos y en otras intuitivamente creemos que existe muchas áreas de conocimiento incluidas dentro de la divulgación humanística, próximas a  su consideración social, universal o de estigma temporal.

Algunas de estas áreas se sustentan por un administrativo y oficioso reconocimiento social, y suelen convivir con algunas otras que no llegan a tener el posicionamiento de propio conocimiento.

Sin embargo, siempre, bajo penumbras y oscuridad, los diferentes intereses económicos, jurisdiccionales y sociales, son los que van incidiendo y determinando con muchas trampas y dificultades en los continuos problemas de educación.

Mientras tanto las diferentes áreas luchan en su empeño único de supervivencia, intentando poseer su propia semiología.

Este tipo de confrontaciones sociales entre las áreas de conocimiento, son despiadadas, rencorosas y manieristas.

Siempre son muchas las guerras que resultan ser de un carácter fantasmagórico, ya que son capaces de influir y lograr modificar, sustituyendo y reinterpretando legislaciones pasadas , en conveniencia a sus intereses,  o lograr modificar léxicos académicos, textos,...todo es costosamente verificable y es cuando nos percatamos y nos damos cuenta que algunas áreas del conocimiento sufren de una auténtica pesadilla y epidemia que la sitúan con exclusividad psicótica cultivando una peligrosa ideología, en base a una plástica y artificiosa doctrinas de ideas.

Sin embargo, siempre albergamos y mantenemos la humildad de algunas esenciales y básicas disciplinas, que con su oculta y silenciosa cátedra, mantienen una continua axiologia como trazos de consistencia fija sobre cualquier teoría de valores.
Y esa sintaxis es una mirada limpia con amor , disfrutando a tiempo.

domingo, 13 de mayo de 2018

Diagnosis & Inquisición


Cómo cualquier otro método inquisitivo, con su propia moralidad, algunas áreas de las ciencias medicas, farmacológicas y sociales que explotan las enfermedades mentales, sufren su endogamia y siempre tienden a justificar su catalogación, imprimiendo ciertas diferencias, sean éstas atípicas o no, y procurando que todas ellas se incluyan en la cobertura de un sistema social , siendo este quien asuma los criterios determinantes para decidir sobre su destino.

Por lo general siempre me ha sorprendido observar que en la singularidad de las prominentes exploraciones, nunca lleguen a investigar, observar ni a estudiar el cuando ni tan poco el porque de los motivos precedentes en la muerte psíquica o evasión espiritual de la persona, que le haya propiciado cambios mentalmente importantes en su personalidad y la propicie vivir en otro estatus de supervivencia, ajeno a su integra realidad, y razonablemente en similitud es como negarse a investigar el autor de un crimen, porque el muerto ya tiene cubierta la sepultura. 

Si bien es cierto, por otro lado existe la comodidad analgésica de los procedimientos en los que no se autorizan las diferencias y persiguen una homogeneidad farmacológica , resultando estos poco tolerantes, frente a cualquier excentricidad individual, significando el contexto y señalándolo como de enfermedad, determinados propósitos de la condición humana.

Hemos de considerar con perpetuidad que la diagnosis y la inquisición son aliadas, y van unidas en cualquier tipo de padecimiento del espíritu en que se sufra estragos psicológicos, que propicien calamidades y miserias.

La inmoralidad se asienta en una contagiosa permisividad que aunque sepamos con ciencia cierta, que siempre existirán locuras y enfermedades invisibles no manifiestas, y que en base tendrán con reiteración un mismo tipo de autor anónimo, que intentará mantener hacia la víctima, y a cualquier precio, una despreciable servidumbre con criterios de psicopatía determinante.

Frío, silencioso, dinámico, el candado elabora su herrumbre.
(G.G.Marquez)