Noches con
sol.
En el momento que nace un nuevo amor, nuestra
propia realidad apenas nos permite visualizar y observar como deseáramos, ese
alumbramiento, a pesar de iluminarnos, la contemplación resulta tan inmediata, como
puede ser similar al rápido recorrido que efectúa la estela de una atractiva estrella
fugaz. Sin embargo en nuestra consciencia tan solo prevalece ese divertido baile
de destellos, con el que nos dio a entender sus virtudes; estos momentos resultan
fascinantes y al mismo tiempo resultan ser los anfitriones en la inauguración de
un ilusionado viaje que para todos nos puede resultar mágico.
A partir de ese momento y sin darnos cuenta nos
hemos convertido en un pasajero del tiempo de superposiciones, seremos durante
una temporada turistas de experimentación con un billete virtual que nos dará
la oportunidad de conocer al detalle, anécdotas, curiosidades y secretos de
intimidad.
Entraremos en ese destino que son las
fascinantes noches con sol, que nos procuraran recuperar esa maravillosa
imaginación que estábamos perdiendo, haciéndonos visualizar ese conjunto de
emisiones y sensaciones que resultan tan divertidas como contaminantes cuyo
objetivo es provocarnos una electroforesis amorosa, que nos facultará de manera
natural nuestra propia manera o no de obrar, haciéndonos responsables de
nuestros significativos y consecuentes actos.
“El tiempo se va. Porque la vida es muchas
cosas (trabajo, dinero, suerte, amistad, salud, complicaciones). La palabra vida
la asociamos al placer. Pienso en el placer y estoy seguro que es vida.“ (Mario Benedetti)
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