El purgatorio fiscal de la ilusión.
La semántica resulta
ser una de las armas vitales en la comunicación en este siglo digital XXI, el dominio de la misma, puede proporcionar
a originar modelos, que pueden predecir las consecuentes respuestas del libre pensamiento
y el lenguaje social, mientras tanto el Human Brain Project o el megaproyecto
del cerebro humano, (HBP), se da de bruces, ante las propias críticas de sus
investigadores que abogan un nuevo comienzo para poder reformularse el proyecto.
El HBP pretendía ser una Ciencia de la
ficción y reconvertir al nuevo
Franquestein, con su inabarcable y misteriosa complejidad en unos eficientes y
recreativas supercomputadoras, afines a este devenir de la época informática, acercándose al diagnostico más que a la cura
de señaladas enfermedades mentales.
Qué importa que
desde la Universidad de California Berkeley un grupo de científicos pretendan mapear
el sistema semántico del cerebro o si las personas muestran uno de los
hemisferios del cerebro un estado medio dormido, medio despierto. Y si este puede funcionar como vigilante
nocturno para controlar lugares poco familiares, como estudian en la
universidad de Brown.
Siempre hemos de
tener en cuenta que La complejidad del cerebro humano siempre va a la velocidad
y en paralelo a la complejidad social, y en estos momentos el recorrido de las epidemias de pensamiento,
van saltando continuamente las fronteras artificiales de las nacionalidades, de
país a país, del mundo desarrollado a mundo por desarrollar. Intentar estudiar
un cerebro en estas fluctuantes corrientes o mareas, de este circuito infinito
de existencia, es tan solo poder optar a obtener un contraste experimental,
para un momento determinado.
Los resultados
pueden parecerse más, al típico control de emisión de gases que se formulan a
los automóviles, que utilizan un sistema lumínico de equivalencia que recoge la
intensidad de luz emitida en el interior del tubo de escape o cloaca de humos
del automóvil, la citada equivalencia es tan desproporcionada, que si
intercambias un escape usado a un auto nuevo, te señalará una gran emisión, y
no pasarías dicha inspección, aún sin emisión real. No obstante, mucha pseudociencia
al igual que la semántica juega con los valores sociales o medioambientales,
tan estimados por el género humano occidental, dada la carencia generalizada y
acotada de tiempo y recursos para disfrutar de ellos, en realidad es una vil y
soberana crudeza este purgatorio para el cerebro humano, inducidos por
intereses particulares empresariales que son demandados por parte de nuestros
representantes; cuando estos valores ambientales resultan ser los actuales
y próximos activos de economía sumergida que pretende implantar la segunda fase
restrictiva y VIP de la globalización.
Hemos de saber que el lenguaje y la expresión como hecho comunicativo es una de las funciones más elevadas del cerebro humano. Y con el procesamiento de sus diferentes componentes, sintaxis o significados, nuestra corteza cerebral, logran estructurar desde el punto de vista evolutivo el sistema semántico, especializado en el significado de lo que se oye, lee o piensa
" El que te quiere te busca y el que te busco y dejo de buscarte ahora se quiere "
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