Lo sensitivo reposa donde lo intelectivo
El sustento y las bases de la configuración constructiva o arquitectónica, siempre se
asientan, por consiguiente, cuando
indiscutiblemente, la verdad del orden, puede ser representada y efectuada, tanto por los
colores, como por líneas, y donde procuraremos deducir, sin sortilegios, que aquellas líneas y colores,
son en realidad, en las que pueden encontrarse, la proporción del orden, y estas deben llevar al reposo, tanto al
sentido, como á la fantasía, y de esta
forma, es como el orden, a su vez, invita
a la inteligencia al reposo, mientras que otras líneas u otros colores
desproporcionados, suministraran a la mente, un espejo que podríamos llamar
amorfo.
De la consonancia, entre lo sensible y lo inteligible, nacerá
precisamente, la inestimable belleza de la metáfora, llamada reina de las
figuras, que no es más, que la comparación compendiada, o por signos, de la idea
con la imagen.
El misterio de la configuración, en los aspectos técnicos y cognitivos, son
actos de introspección, que le pueden ser reflexivamente propios a las personas,
y no es otra cosa, que la natural consonancia entre lo sensible y lo inteligible
que se hace, de un modo singular, y palpable, calculando las proporciones de
los números, que se obtienen hasta cierto punto, con representaciones en que
reposa el correspondiente sentido, cuyo valor y belleza podrá ser analizado e
ilustrado, remitiendo amplias explicaciones, en materia de elocuencia, dadas las
cuales, resulten agradables los objetos creados, donde deberán existir en ellos, ciertas ordenadas proporciones.
El hombre experimenta tanto placer, en ciertos objetos de la naturaleza,
y se debe, a que son ellos más sensibles al sentido, y por ende, más favorables
a la inteligencia, de las leyes secretas de la proporción, que también existen, en la distribución de los colores, al igual que existe, en la simetría u otra
proporción de las líneas.
La idea de perseguir, una belleza natural constructiva o edificatoria, deberá
competir con sabiduría, perspicacia, actividad y otras cualidades técnicas, que
le son propias, para dominar sobre lo sensible, y llegar a suministrar un útil instrumento
al alma, que al mismo tiempo, ya sea por la expresión, por el tono, ya por la
armonía, o por la medida, proporcionará la facultad, con que el objeto debe ser
inmediatamente percibido.
omne animal diligit simile
sibi
¡Interesante visión, compleja pero muy buena !
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