En la actualidad, en el campo del conocimiento universal, nos define que una de las salidas ante la beligerancia de las relaciones sociales, no es la serenidad, sino una falsa tranquilidad que conduce a la alienación metafísica, resultando este dominio como característica de un concepto de antropología negativa, observando que al mismo tiempo la intersubjetividad se mantendrá como un misterioso problema, y que solo se hallaran respuestas si se logra introducir un orden moral.
Por ello, la valoración social de coexistencia, debe de jugar su estado inesencial consideración de nivelación, conforme a su relación de igualdad, frente a las indisposiciones afectivas, amenazantes, temibles o bien dañinas, con el fin de mantener una neutral descripción del orden social, manteniendo una disposición solidaria cuya esencia procure la responsabilidad y el compromiso.
..después de todo la famosa
serenidad es una isla
autorizada como no
y legal
aunque rodeada inexorablemente
por emociones clandestinas.
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