Para los parámetros de la AI o inteligencia artificial resulta indisculpable mantener actitudes de intimidad.
Sobornablemente y en casi todas las ocasiones los análisis bajo patrones pro sociales incurren en la única tendencia de la datificación y cuantificación de nuestros hábitos y costumbres.
Se estima desde el punto de vista cognitivo, que la conducta humana se orienta por el propio sistema de creencias, que no dejan de ser resultados de información emocional y afectiva, al fin y al cabo son observaciones sobre el desarrollo del cerebro, desde una predisposición inmadura, hasta la determinación del control en el propio equilibrio emocional.
Pero que ocurre, cuando la percepción de los estímulos sensoriales, superan los patrones de conducta, dominando los valores sociales y morales, sin necesidad de mantener un sistema de creencias religiosas o culturales, que interactúen con nosotros. Acaso no son bases neurales y naturales en desarrollos diferentes y de personales procesos cognitivos.
Mi mano derecha es una golondrina
Mi mano izquierda es un ciprés
Mi cabeza por delante es un señor vivo
Y por detrás es un señor muerto
Mi mano izquierda es un ciprés
Mi cabeza por delante es un señor vivo
Y por detrás es un señor muerto
(Vicente Huidobro)
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