Algunas claves
del futuro
ni están en el presente
ni en el pasado
están
extrañamente
en el futuro.
Cuando las personas se ven involucradas por algún tipo de catástrofe, natural, climatológica, antrópicas o bien económica, empieza a tener dudas sobre la propaganda que se difunde en los medios de comunicación y ante las dudas busca siempre alternativas, porque siempre existe una cierta inflexión entre lo teórico y lo practico, es decir entre lo que has vivido y lo que piensas.
Siempre ha existido una cierta perversidad en tener capacidad de tergiversar y manipular las situaciones y a las personas, y estos aspectos, son claves de un determinado control, son aberraciones en base a conveniencias establecidas que buscan su perpetuidad y no dejan de ser un nuevo oportunismo rudo y de absoluta inequidad, resultan ser veredictos inapelables, que en base a un espíritu de sobre vivencia, y que procuran mantener una dirigente jerarquía.
La inseguridad, la desconfianza, el miedo y la falta de esperanza procuran la indefensión y la convicción de que cualquier acto contra lo establecido esta condenado al fracaso.
Y en realidad no dejan de ser espejismos, que esconden el verdadero sentido de la vida y que manifiestan una ineludible e inolvidable crisis antropológica.
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