Vivir como ayer y mañana como hoy
La tristísima antítesis de la vida, expresa que lo colectivo, es casi
siempre escalón de lo único. Y se reconoce, que el progreso suele gemir siempre,
bajo el peso de las leyes ajenas, en el divertimento de las aristocracias; si bien, tiene para su
desarrollo, cierta desahogada amplitud, que le permitía germinar, en las
esferas del arte, ya que, no en las de la interesada economía política.
En el arte se plasma y se retrata todo. Y los pueblos que no son libres, dicen que no pueden
ser artistas. Y la inspiración sublime del alma, termina brotando como
amedrentada, cuando alguna razón favorece que el cuerpo viva esclavo.
Sin embargo, ambientes purísimos de sacrosanta libertad, son diáfanos horizontes
de azul y nácar, ritmos y cadencias, escalas de cristal y fuego,siendo los orígenes, donde encontramos ejemplos, como las expresiones del diseñador grafico y artista venezolano Manuel Rangel exponiendo
una serie de collages digitales intervenidos con pintura, flores vivas y
texturas interactivas, donde estos han sido expuestos en los espacios de la
galería de arte Showfields de New York ‘Screen Society’… esa es,
una característica de la vida del arte.
A los países o pueblos que se les esclaviza, sucede con las artes algo
indefinible: parece que la inspiración se reconcentra, temerosa de dilatarse en
explosiones de idealismo, imprimiendo en sus creaciones rasgos típicos y característicos
de su amargura situación.
Observando obras pictóricas, como las de Juan Luis Landaeta, con su
propuesta presentada en el Banco Interamericano de Desarrollo denominada La
identidad de la línea, donde las figuraciones volumétricas florecen racionalmente como
amedrentadas, o tal vez la propuesta de la instalación denominada desde el
silencio de Aureliano Parra, presentada en el Centro de arte de los Galpones,
donde su muro estructural, es un crisol que airea resplandecientes colores.
Como sociedad humana, admiramos, pero no volvemos el rostro hacia atrás,
el huracán nos empuja, y no pensamos en el vacío: aunque su provocadora luz nos
ciega y nos atrae, y las sombras en tanto, pueden ir creciendo cada vez más
negras, aunque nuestra condena sea vivir como ayer y mañana como hoy.
Este lema, es el resultado de potentes resplandores en solidas lejanías, inflamadas
inmensidades de sentimientos; atmosferas rebosadas, de incandescentes vapores; desatadas
torrentes de lava; singulares y exclusivas orbitas de oro, estelas
interminables de perlas y de espumas; canticos delirantes de victoria…he aquí,
una exclusiva psicosis, levantando el vuelo, en la marcha del progreso.
Uno de los problemas sociales, es la aparición de los restauradores de errores viejos,
los completan y perfeccionan en la actualidad como un avance cinematográfico, y
los presenta juntos para que produzca mayores confusiones.
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