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sábado, 27 de abril de 2019

El motivo del aire....A Paz


El motivo del aire
El sueño influye de forma notable, no sólo sobre el cuerpo, sino también sobre el alma, donde el movimiento es la vida y la inercia es la muerte. Y donde indudablemente, la naturaleza fisiológica como la espiritual, necesitan del reposo por ciertos periodos de tiempo.  
Durante el movimiento, al hablar o escuchar lo hablado, hay siempre un acto de atención, siendo este una de las caricias humanas más hermosas, es una operación del pensamiento, para comprender la relación de cada palabra, con cada parte de la cosa expresada, y abrazar el conjunto o la síntesis de la frase, lo cual supone, una aplicación incesante y jamás interrumpida del pensamiento y la voluntad.
Cuando queremos realizar un deseo, ejecutar un acto, elegimos y disponemos los medios, de la manera más apropiada y conveniente para cumplir el fin; nuestros movimientos, irán dirigidos para cumplimiento de la voluntad, a la ejecución de nuestro deseo.
La facultad de querer y el pensamiento, se desarrollan paralelamente, existiendo entre ambos, la armonía perfecta, una bondad silenciosa y la unión mas intima.
El espíritu humano, necesita de un esfuerzo continuado para apoderarse, para penetrar en las relaciones de los objetos, combinarlos, y reducirlos a la unidad, no pudiendo concebirlo, sin que sus propiedades, sean percibidas por nosotros y sin que esa misma unidad aparezca, y brille como condición impuesta al conocimiento.
En el sueño, el ser, tiende a reconcentrarse en sí mismo, siendo más pasivo que activo, pierde la dirección a su persona, y cae bajo la influencia de las cosas, que han obrado sobre él, dejando de ser dueño de su cuerpo y de su espíritu.
Donde las impresiones de la imaginación, obran mas vivamente, sobre los órganos al punto que no tienen lugar en la vigilia, donde el cuerpo, como el espíritu, se sustrae a la voluntad, y la atención desfallece, se debilita a despecho de nuestros esfuerzos.
Las intuiciones y las imágenes, son elementos que flotan en la inteligencia, pero sin darles una combinación acertada, sin reducirlos a la unidad, y por consiguiente, las representación son fantásticas, como producto del delirio.
Cuando los sentidos salen de servir a las fantasías, al igual que el aire,  después de que el alma sienta su propia inquietud, en virtud de su propia actividad, recobrara las funciones intelectuales, en el sueño latente, obrando con paz, pero no teniendo conciencia de sus actos, y sin conocimiento de sus operaciones.

La voluntad entre los limites de volar y soñar.



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