Hábitat científico.
El conjunto de ideas, que podría representar la próxima y futura organización
de entender la construcción y edificación como algo más científico, es decir, más
cercano a la satisfacción del ser humano, significará posiblemente, también y
tan solo el reflejo, en la inteligencia humana, de la continua contienda, que
libra siempre el capital y el trabajo, por un lado, de la lucha de clases que
existe entre los poseedores y desposeídos, entre las clases altas y los asalariados,
y por otro de la anarquía que continuamente reina en la histórica planificación
urbana.
Ahora, se está desarrollando una nueva
tecnología constructiva, totalmente innovadora para ejecutar viviendas
de ensamblaje de producción industrial, con paneles que incluyen acabados
finales y que solo deben ensamblarse de forma sencilla y con una merma ínfima. Donde
destacan por la utilización de materiales reciclados y de relativa alta
calidad, con un impacto medioambiental en el lugar de ubicación, cercano a
cero, con una reducción a la mitad del tiempo de construcción, aplicando uso de
energía solar, eficiencia energética máxima y un estable sistema antisísmico,
así como la eliminación de cemento y agua, hecho que contribuye notablemente al
medioambiente. Todo ello combinado con una optimización máxima del proceso
logístico, que permite una alta reducción de tiempos y de coste económico. Un
proceso de producción que combina las disciplinas.
A todo esto se pretende añadir un esmerado y uniforme diseño, adecuando
un confort y las empresas que ofrecen estos productos de vivienda prêt à porter,
expresan también en su venta, la característica del componente de género, ya
que permite la posibilidad de emplear tanto a hombres y mujeres en los procesos
de fabricación y ensamblaje.
Por su forma teórica, existen valores idealizados sobre configuración arquitectónica,
y estos en los tiempos, parece que también son desplazados, sustituidos y
reemplazados por estos nuevos amaneceres de la propia innovación, aparición e
implantación de los nuevos conocimientos científicos, que evidencien en un
tiempo, con eficacia sus propias virtudes, donde se precisaran un conocimiento de
valoración en los ensayos que propicien la calidad en la propia ingeniería de
construcción edificatoria más precisa y pormenorizada.
La calidad de la fabricación industrial, si prolifera este sistema,
puede resultar otra dificultad, en otros tiempo con anterioridad, se han distinguido
profesionales entre ellos los Ingenieros y Maestros de las obras, que con el perfecto
conocimiento de los materiales básicos a emplear, observaban y definían las propiedades,
características, y determinaciones para su aplicación, como un sistema operacional
de ensayo una continuación más extensa, necesaria y más lógica; también los realizados por los principios perfilados de distinción social, definidos en la composición
y estética, configurados o formulados por las destacadas escuelas de diseño y efímeros
movimientos arquitectónicos, en las últimas décadas.
Así que posiblemente aparecerá, desde luego, nuevamente la importancia
de la rentabilidad del conocimiento científico, para lograr imprimir las características
propias de identidad y las propiedades que resultan inherentes a una existencia
longeva en la edificación, como durante siglos ha resultado ser, su valor
sostenido y su esencia primordial.
La industrialización de la vivienda, ante el carácter panteísta de la economía.
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