“Influencer
del dolor”
(Decadente)
Enseguida
nos dimos cuenta, de que el silencio que le venían sugiriendo los miembros de
ese maquiavélico gobierno, entre otras cosas, era también la forma más clara y
más dura de perpetrarle un abuso emocional que haría sufrir al vicepresidente.
Fue ese momento que duro mucho más tiempo que el suyo propio, y no sé que fue
más importante para la totalidad de los españoles, ese mismo silencio de vacío
o ese desdén sin límites con el que mismamente sigue pronunciándose.
El
ex vicepresidente que carecía de valentía, ha sido incapaz de reconocer que
tuvo la culpa de la mayoría de las muertes acaecidas en las residencias
públicas de ancianos y también de muchos de los desastres ocurridos durante la
pandemia, y sí, efectivamente su responsabilidad e inanición, en un país serio,
con una justicia libre, sin influencia política, le acercaría a la cárcel.
Hemos
de decir que al ser una persona joven y al menos inicialmente de palabra
voluntariosa, le otorgaron demasiadas expectativas que resultaron poco
realistas, en realidad posee un pésimo curriculum vitae que venía avalado, por
grupos cada vez más inmersos y próximos a la golfería o hampa social, chusma
2030, en fin delincuencia.
En
realidad, el no tenía ningún derecho a voltear la vida de los mayores en las
residencias de ancianos, porque todos observamos como a posteriori, cuando llego el ejercito, con una ayuda estimable, también los mayores podían navegar
hasta la orilla de la vida, y sin ni siquiera saber cómo nadar, el comentario
entre los mayores cuando apareció el ejercito, no se dejo esperar, susurrando
unos y otros:
“¡¡ Ayudadme a respirar ¡¡”,
todo un
dolor humano.
Y
es en estos detalles donde nos hemos dado cuenta que la estructura social del
amor, que este hombre protagoniza y quiere enarbolar, cuya antítesis no es solo el
odio, sino el constante miedo que provoca como insensato y criminal influencer
político.
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