Tangos de
entender los tipos de candidato.
El
mito popular entiende que la sabiduría de un candidato político que pretende gobernar,
según el apuro de su edad o experiencia estará normalmente asociada a su
comportamiento en la más honda y absoluta oscuridad.
En
este momento, para la totalidad de la población, lo único que le resultará
creíble, será los detalles seguros y no será en absoluto intentar averiguar lo que
es imposible entender, sobre qué hay realmente detrás de ese tufillo o de las
acciones, comportamiento y pretensiones de esa persona candidata.
Pues
en realidad, las últimas circunstancias sociales, han filtrado y depurado el
alma de los votantes, siendo ahora mucho más clara y limpia bajo este régimen continúo
de la mala educación, de sinsabores, llenos de incertidumbre de virreinatos e
inconstitucionalidad, a la que nos han sometido, y si acaso las agotadas
circunstancias serán determinantes en precaución a otros infinitos momentos del
porvenir.
Ahora
nadie quiere medias tintas, es decir ni metáforas como valles de lengua
española, ausentes de acentos, ni escenas de guiñoles, con requeridos y
antiguos participantes en el que visten con un descolorido maillot amarillo, antes
de que el candidato perpetre una sola pedalada, en el campo político.
Así
con independencia de las galas que deseen conmemorar, cuando se ofrecen
sustentar próximas victorias bajo auspicios generacionalmente alejados del
protagonismo, y siendo ahora aparte de ajenos, sobre-externos.
Esta
de más y muy claro que en los votantes afines, renace la inusual indiferencia, aunque
se empeñen en ofrecer algunas apreciaciones olfativas, porque en realidad no
son sustentables para el resto de los sentidos humanos que pasan hambre y no nos
ayudarán a resolver estas dudas.
Normalmente
se sueña con descubrir qué hay en la cabeza de un candidato pero en este
manifiesto teatrillo, Ya no esta resultando necesario, dadas las últimas
escenificaciones, solo desea una y mil veces más que le canten caprichosamente
<El cumpleaños “infeliz”>, tal vez, (porque nunca salió del regazo de la
irrealidad), para estar preparado a ese conmovedor fracaso una vez más que
entre todos le están ayudando a cosechar.
Las nuevas generaciones
son otra cosa. Y si (¿Es posible?) se logra entender qué tipo de
persona está a nuestro lado y pretende liderar, porque sobremodo estamos prestando
atención a varios comportamientos que pueden revelar el secreto de la identidad
de algún otro ser también envidioso.
a) Si sin razón aparente condena a los
demás, rechaza el apoyo o es agresivo con ellos, estas personas creen que
tienen algo que su amigo o competidor desea terriblemente obtener, pero de
momento no puede o cree que no puede.
b) Podrá observarse también cómo se
relaciona con aquellos que pueden hacer mucho por él, y no en un emplazamiento
determinado aunque digamos Ceuta. Esto puede ayudar a comprender si la
persona se respeta a sí misma.
c) Si una persona intenta vengarse de
alguien, debes saberlo: no está motivado por una sed de justicia, sino por un
intento de castigar al oponente, para demostrar que se equivocó.
d) Si una persona trata de burlarse de
otra, significa que él mismo es terriblemente inseguro.
e) Si trata de ser bueno solo cuando es
conveniente y beneficioso para el candidato, significa que solo se preocupa por
obtener lo que personalmente necesita lo antes posible.
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