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or anti-vaccine, that is the question.
Esta
frase representará la pregunta esencial de la experiencia y las relaciones
humano-robot, atribulada frente a las tensiones que se producen entre la
voluntad de las máquinas pensantes sin sentimientos y la realidad, de tal
manera que la vida y la muerte se convierten en opciones a considerar en este
futuro ahora surgido, donde los robots dominados por algoritmos de inteligencia
artificial, han alcanzado a las personas y también nos invitan a sentir como ellos.
La
frase, podría servir para parafrasear otra de similar percepción, si efectuamos
una referencia universal de la literatura y el arte dramático, invitándonos
nuevamente a preguntarnos: ¿cuál es el significado profundo que esconde? ¿Qué
hace de esta frase, y si existirá un monólogo en que se pueda insertar, en un
discurso también importante para la naturaleza humana? ¿Cómo podemos
interpretar "ser o no ser, en esta nueva cuestión"?
La
síntesis de la consideración se vuelve a enmarcar dentro del universo cerebral
como uno de los procesos mentales ante la incertidumbre, la duda, y la
decisión, porque ciertas voluntades han iniciado una carrera con el fin de
cambiar la especie humana y esto ha surgido cuando empiezan a considerar que el
principio básico es preservar la identidad de las personas.
Porque
ya si bien es cierto, ya están manipulando la identidad arbitrando cambios en
el comportamiento con el fin de saber como funciona el cerebro, siendo un
escondido martirio que justifican como siempre aludiendo que es para aprender a
reestructurar invasivamente los circuitos neuronales de personas que ellos
estiman enfermas.
¿Cuál
es más digna acción del ánimo,
sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta,
u oponer los brazos a este torrente de calamidades,
y darlas fin con atrevida resistencia?
Morir es dormir. ¿No más?
¿Y por un sueño, diremos, las aflicciones se acabaron
y los dolores sin número,
patrimonio de nuestra débil naturaleza?...
Este es un término que deberíamos solicitar con ansia.
Morir es dormir... y tal vez soñar.
La
cuestión inicial “Antivirus o
antivacunas, esta es la cuestión” no es
solo ontológica sino ética, por eso la venganza será dilatada hasta el último
momento. En realidad, al igual que hizo Hamlet, se vacila siempre entre dos
pulsiones profundas: el deseo de venganza y la necesidad de autodominio.
De
lo contrario, para algunos ahora no existiría la pregunta. Lo que Hamlet en su
momento no se atrevía a decidir racionalmente, lo asaltaba como un giro
inevitable de la historia, al igual que en este momento.
Significativo
es que no existe ninguna contraindicación humana bajo pronunciamiento médico
para asumir la vacunación, significativo es que se hayan valorado las
intenciones de propagar el virus efectuadas en algo más de una década de
adelanto, significativo es que estas características sean las bases para
desarrollar previamente la impaciente industria de la realidad aumentada.
La nueva doctrina
anunciara que “los que renuncien a las tecnologías que
aumentan la capacidad del ser humano deben ser conscientes de que pueden tener
un déficit cognitivo en comparación con el resto”. (Bueno al principio). Es
decir tendrán otra manera de publicitarlo y será mediante la brecha
digital. Y así, esta brecha digital querrán ampliarla porque esa ambición
no tiene fin, (¿verdad Virus-Gates?) de
una manera brutal primero con la neurobiología y después con las
neurotecnologías de aumentación.
Sí, y
ved aquí el grande obstáculo,
porque el considerar que sueños
podrán ocurrir en el silencio del sepulcro,
cuando hayamos abandonado este despojo mortal,
es razón harto poderosa para detenernos.
Un bien
extendido, es que una exo-maquinaria o humano-robot puede crear
instantáneamente una base para un aroma social eligiendo una combinación única
de notas de historia subjetivas. Claro y está bien capacitado con
algoritmos y conoce todas las clasificaciones de econometría social,
comparándolas fácilmente con las preferencias de los consumidores.
Sin embargo,
solo un humano y sólo humano, puede insuflar el alma a un movimiento social,
convirtiéndolo en una verdadera revolución o filosofía universal. Una
persona y sus emociones siguen siendo una prioridad, aunque algunos sigan
pensando que los robots ayudan significativamente a acelerar ese proceso y optimizarlo.
La pandemia ha sido una colaboración creativa con
inteligencia artificial, la imaginación creó una fragancia de alta
tecnología. “La nueva realidad” o #Futura#, y ahora _>(No felicites la navidad).
“Evidentemente es una guerra biológica” donde todo el mundo
puede tocar el futuro y las altas tecnologías. Desarrollado por las empresas farmacéuticas, puede influir positivamente en el estado emocional de las
personas. El perfume que se evapora según la legislación europea cada
nueve meses envuelve literalmente una ola de positividad, aumentando la
confianza en uno mismo y dando inspiración.
Para observar
la obra maestra de esta alta tecnología: el aroma de #Futura o la “nueva
realidad”, no es necesario que visite los mercados alienígenas, solo mire las
restricciones del primer mundo. Así es, como resulta una colaboración inusual
entre la máquina y el hombre: ¡este es el futuro que ya ha llegado!
Esta
es la consideración que hace nuestra infelicidad tan larga.
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