EL POLIAMOR DE LA NEUROCIENCIA
El ser humano se ha servido de
medios ópticos para transmitir mensajes a gran velocidad. En "La
Orestíada", Esquilo narra cómo Agamenón envía noticias a los palacios del
Átrida mediante hogueras durante la Guerra de Troya. Enrique III de Castilla
envía un mensaje desde Toro a Segovia para anunciar el nacimiento de su
heredero. En 1684 Robert Hooke presenta ante la Royal Society un sistema de
telegrafía. En 1794 se transmite el primer telegrama de la historia desde Lille
a París, a lo largo de 230 kilómetros y 22 torres. Merece mención aparte, por
ser de especial interés, el papel desempeñado por la telegrafía óptica durante
las Guerras Carlistas como medio de comunicación por parte de las tropas
isabelinas; en realidad todos los intereses tenían una conquista singular y
particular en las emociones de las personas afectadas y no pasaban de ser comunicaciones
de avisos estratégicos.
Sin embargo la primera conquista global de las emociones en el hombre, y
dirigida personalmente como ser, iniciando la confianza y sumisión en las
comunicaciones, con el consuelo de la ciencia por el apoyo científico para el desarrollo
de la biología y genética molecular.
Fue la aparición en 1969 del
ARPANET, o el internet en línea, donde inicio un silencioso reconocimiento
científico y de obtención en una confianza en el sistema de comunicación
efectiva, en investigaciones interdisciplinares conjuntas, desde diferentes
lugares de origen. Pero paralelamente también el 20 de julio de 1969, los
cosmonautas Armstong, Aldrin y Collins en el Apolo XI, se convertían en los
primeros hombres que llegaban a La Luna, se estima que unos 600 millones de personas
pegadas a los televisores fueron testigos.
El momento fue expectante, pero la emisión televisa fue un
poco decepcionante sin embargo, la frase al poner el pie en la luna fue:
“Eso es un pequeño
paso para el hombre, pero un salto gigantesco para la humanidad.”
Hoy los operadores telefónicos y corporaciones
tecnológicas usan nuestra libertad para dignificar uno de los mayores procesos
de concentración de poderes en la historia. Que contradicción emular la leyenda
de Maratón de Heródoto, donde el soldado Filípides que recorrió los 240 Kilómetros
que separan Atenas de Esparta llevaba tan solo un mensaje de ayuda.
Según el Sr J.R. Ramon Pan, en el
siglo XIX, con el evolucionismo, asignamos a la biología el papel de que lo iba
a explicar todo. La primera mitad del XX fue la época de poner en práctica la
Física. En la segunda mitad del XX, volvió otra vez la biología, con el
descubrimiento del ADN y la posibilidad de manipularlo.
Ahora gran parte de las
cuestiones éticas y las respuestas a los avances de la neurociencia están ya
presentes, en relación a la nueva genética. Al igual que en la vida virtual, pero
las bases neuronales de nuestra conciencia y de la ética hay que tenerlas en
cuenta, porque no lo explican todo, así que la gobernanza de la neurociencia debemos
construir entre todos, interdisciplinariamente, contando también con la opinión
pública, no puede quedar todo al arbitrio de los investigadores ni de la gran
industria farmacéutica, tecnológica o militar, que tiene enormes intereses
económicos. Si no, la neurociencia se va a utilizar como un elemento de
geoestrategia y afán de dominio.
La luz es como el agua
-La luz es como el agua -le contesté: uno abre el grifo, y sale.
De
modo que siguieron navegando los miércoles en la noche, aprendiendo el manejo
del sextante y la brújula, hasta que los padres regresaban del cine y los
encontraban dormidos como ángeles de tierra firme.
( * fragmento de Gabriel García Márquez)