50 centímetros
Ahora es la época del
teatro en la inseguridad, y no los temores que intentan parecer más vivos aún,
entre algunos de los personajes que viven de la política, y según sus
endurecidas luchas e “útiles políticas”, implementan proposiciones superando
las ahora denominadas medidas en distanciamiento de separación social, aunque
en realidad sea un asunto de parvulario, separarse 2 metros ó 1,50.
Y de nuevo,
también no deja de ser paradójico, que un movimiento que se reconoció a sí
mismo como universalizante entre los derechos humanos, y que quiso tener
siempre como horizonte propio, una tendencia natural propia de cualquier humano
de pensamiento ilustrado. La comitiva se hubiese en ese momento, presentado con los coloridos guantes de nitrilo malvas en el encabezamiento de las peregrinaciones del ejercicio “cuasi
religioso” del victorioso ocho de marzo.
El resultado
del la peregrinación, fue el gran contagio de la partida y la sociedad, que no
se hizo desde luego y de una vez, sino lenta y exponencialmente para llegar, y llevar a los que más de 40.000, al sepulcro escondido del silencioso Covid en España.
Ahora a
destiempo, mantenemos la obligación de la mascarilla, que cubre púdicamente la probable
cara de las vergüenzas, como si ahora su uso, fuere lo ideal para purgar las anteriores
malas decisiones, con cierto matiz de honorabilidad.
Algunos insisten
en vitorear VIVAS al número muerto, ya tumbado, el ocho, ósea el infinito, cuando no se
percatan, que la estética femenina hubiera quedado intacta igual, sin ese día,
aunque el movimiento buscase por sí mismo el propio sustento. Porque es
gazmoñería de la presidencia, insistir, y proviene de la ignorancia en no ver lo sucedido, ver como
las dejaron y que buenas lágrimas les ha costado.
La oportunidad
de la frase “en que se les escapaba la vida”, no es representativa de una virtuosa, tan sólo,
es un simple calificativo de supersticiosas o de corazón de corcho, porque tan
sólo la verdadera ayuda en esa crisis de independencia, procurada en gran
medida por la falta de trabajo, que sufren, sin necesidad de aumentar ese
rebaño de pedigüeños que aumenta con el contingente femenino.
Para algunos
las cifras, son importantes, pero para este y otros casos,…, así que lo mismo
me da, el número 50 aunque sea en centímetros, mientras viva el ocho y arriba siempre
este el nueve.
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