Chapotear
La carencia
de compromiso con la sociedad y la turbulenta falta de conocimientos en los principios,
en la actualidad abogan suplantarse, efectuando un experimento cuántico, más
que nada, aunque resultan giros de efecto, para intentar averiguar cómo está el
grado de paciencia en la conciencia humana, en una insuperable aprobación de
unos desconocidos presupuestos, y es así, como pensando de una manera absolutamente
determinista, se efectúa formulando una contratación de nada más, ni nada menos,
de cien personas, expresados candidatos de reconocido prestigio en la formación
de economía, auspiciados probablemente en este futuro incierto, que asumirán con
cierta oportunidad y un matiz aleatorio donde fundamentaran los indistintos actos
emanados de la libertad presidencial, dirigida por los extravagantes ideales de
su razón.
Aunque
apostillaremos, pero de ningún modo constituirán el orden según el cual una
directriz justa pueda existir, dado que esos fenómenos no podrán concebir, como
personalísimos para cada actividad existente, donde no se proveerá de la noción
que regula las existencias y de ningún modo de esos conceptos formados por la experiencia
y la razón en engendrar la propia oportunidad de riqueza.
Recordamos,
que por el orden descubierto en los fenómenos del mundo de la materia, sabemos
de sus leyes regulando sus movimientos, y por el orden psicológico conocemos
que penetraran en sus causas, obviando el admirable orden que preside a todas
las actividades, a todas las energías, y que nos eleva al conocimiento de las
leyes mediante las cuales conocemos las circunstancias sensibles, intelectuales
y morales.
Estas
circunstancias son las que rigen nuestros sentidos, nuestra conciencia y la razón,
encontrando en ellas la explicación cumplida, legitima y racional de cuanto se
realiza en el tiempo y en el espacio.
En ocasiones
reunir y congregar estos “científicos de la observación” no resultan
suficiente, a pesar de la universalidad de las maneras de obrar, para lograr saber
que tal fuerza produce tal fenómeno, a veces es preciso saber algo más y estar
en posesión del modo de producirse, en qué momento, en qué lugar y durante cuánto
tiempo y con qué regularidad. Y sencillamente, pronto se certificará en los 49
millones de bolsillos.
Muy
posiblemente facultaran descubrir cambios, las sucesiones, los efectos, pero seguirán
desconociendo los ocultos principios que lo rigen y la causa que lo determina,
tan sólo con la inducción será el único medio de explicarnos los fenómenos en
ella comprendida, como único medio de someter la experiencia, de penetrar en el
porvenir y anunciar su realización.
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