Entender
la felicidad como humanos
Queremos ser felices.
Pero, ¿Qué necesitamos para estas circunstancias? Mirando
la sabiduría de nuestros ancianos, su secreto es tener suficiente
energía.
En la identidad oriental,
se cree que nuestra vitalidad se alimenta de la energía que es la fuerza vital
esencial que fluye a través de toda la naturaleza, siendo esta energía la
propia vitalidad que da vida y sentido a toda la materia.
Si tenemos suficiente,
o incluso en abundancia, una persona tiene todas las oportunidades para ser
feliz. Y con un déficit de ella, siempre luchará con problemas,
enfermedades y las innatas pérdidas.
La naturaleza nos da
esa energía al nacer, y todos los humanos reciben su propio potencial energético,
es decir es un suministro de vitalidad.
Inconscientemente, esa
vitalidad la notamos gradualmente en otras personas. Y es entonces, cuando asemejamos
que una persona con una postura hermosa, rubor, cabello grueso, y movimientos
seguros, puede estar dotada convenientemente de una gran cantidad de
energía. Mientras que otras personas que desde la infancia están enfermas,
pálidas, inactivas, privadas de apetito, claramente sufren de falta y carencia
de fuerza.
Es ahora cuando al
valorar la injusticia de la mala suerte por las diferentes perdidas de energía
de unos y otros, y en ocasiones por el simple trascurso del tiempo o encuentro
de algunas dependencia, es cuando nos percatamos que lo importante no es cuanta
energía tiene o le resta a una persona de su naturaleza, sino cómo la gasta y logra
recuperar sus fuerzas.
Esta super demostrado
que acumular vitalidad, consiste en el ahorro de energía. Suena prosaico, pero
es necesaria una buena economía de energía.
Por ejemplo, hace
muchos años propicie idear en aquel momento un sistema conjunto de socorro
médico y atención ciudadana en situaciones de urgencia, con el correspondiente
objetivo de aminorar los tiempos de respuesta y conservación de energías de los
accidentados, siendo una atención muy valorable, el plan debería ser tutelados
por la administración del estado, y así llegar a organizar los medios y el
personal para cubrir el territorio bajo un sistema de comunicación telefónico y
de radiofrecuencia consumado en un programa piloto que se denomino el 006, y
que en la propuesta realizada asimile su vital importancia, comparando con empatía
el símil del televisivo y eficaz agente de espionaje 007, procurando más
tarde esa trascendencia mediática, fuese derivada en la creación uniforme del
teléfono europeo 112.
Entiendo al igual que
en esa fecha de constitución, que un elemento de gasto especial de energía son
las emociones. Y según las tradiciones observables en un contexto familiar,
las personas muchas veces incluso ya adultas y siendo maduras, pueden
literalmente destruirse a sí mismas en el contexto de un cambio emocional.
Y en la presente actualidad
pandémica en las circunstancias sociales de continuos embustes e incertidumbres,
existe un sector muy importante por su carácter de vulnerabilidad asociado a la
tercera edad, que subsisten en la demografía de este país, a los cuáles no les
está facilitando con las inconstitucionales e irracionales medidas, de encierros,
ataques demonizados a las pensiones y esa desabastecida vacunación una exenta práctica
de relajación y armonización, para normalizar el existente flujo de energía.
Este contexto planeado
y dirigido de desgobierno es insolvente e incapaz de corregir y de regular el
estado emocional, de sus ciudadanos, que ayudaría a reducir el nivel de estrés
y lograr ver cualquier situación con precisión y claridad, lo que facilitaría
la priorización de los objetivos.
Sus planes que
resultan millonariamente vacíos, sus mentiras con afinaciones clientelares y los
embustes no nos brindan la oportunidad de reconstruir nuestro estilo de vida de
una manera feliz, de la manera que lo necesita un ciudadano, así la nación, y
no la ideología social-comunista y chavista que está estableciendo sus propias
reglas del juego.
Es obvio que obstaculizan
constantemente con esa falsa simpatía Maoísta, la correcta circulación de
energía, puedes creerlo, o no puedes creerlo. Pero este hecho permanece y
ha sido observable durante más de 16 meses, “cuanta menos energía tienen las
personas, menor es el nivel de rendimiento, socialización, creatividad,
prosperidad y todo lo que se asocia con el éxito y la felicidad”.
Por lo tanto, expulsar
y exiliar esta mafia de inútiles bandidos y analfabetos defensores de esa
oculta ideología, procurará mantener el nivel requerido de energía vital que se
considera razonable en la tradición e inventiva hispana como la clave para una
vida feliz.
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