La
anomia contagiosa
Tezanos Tortajada y
Tedros Adhanom se caracterizan por su tendencia a convertir todo la realidad
existente en un recurso a retorcer, es decir en algo que está ahí, para ser por
ellos trasformado y explotado al máximo de su conveniencia ideológica
estalinista y marxista.
Tedros habla de la
desigualdad existente entre países pobres y países industrializados, intentar
descifrar el jeroglífico de cifras que describe en la mortandad, resulta algo
anómico, al no aportar ni un solo dato del país originario del virus, que es su
adorada China, aparte de ser superpoblado con 1400 millones de habitantes.
Con lo cual cualquier
trascendencia cualitativa o cuantitativa de desigualdades señaladas hacia a
Europa o Norte América, sigue desarticulando su concepción ideológica como
herramienta de su transformada Organización Moratoria de Salud.
Resulta maliciosa y
patética su imagen de querer mezclar a una “niñata popis” como Greta Thunberg que
vive acosta del ecologismo-timo más rancio de este planeta. Apropósito
haciéndonos olvidar que el país más contaminante del mundo sigue siendo su
adorada e inocente China.
Al igual, Tezanos refugiándose
en ser incapaz a su edad por carencias de responsabilidades, resultan dos
personajes que al negarse a sí mismos, su actitud se traduce en alienación y
esquizofrenia, en una desarticulación y ausencia del método básico del sentido
común; en la recurrencia de tipos exentos de orden y normas que alimentan una
informalidad endémica de la mentira.
Son tipos que con un miope discurso privatizador, que confunde con ese selfi “made hombre individualista y moderno”, cuando en realidad es una prolongación del pícaro social-comunista, sin sentido de ciudadanía ni deberes, como ha quedado demostrado.
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