Las heridas en la sana libertad del amor, son totalmente dolorosas, e inconscientemente casi todos hemos pasado por esa rima.
Esos momentos son tiempos de incertidumbre, de temeridad y de debilidad de nuestra consciencia.
La mayoria de las heridas vienen determinadas por las disculpas, las mentiras o los exabruptos, y todas ellas nos hacen sentir una sensacion de ridiculo o humillacion personal y parece que en esos momentos ni las podemos atajar con objetividad y précision bajo la alternativa de los valores fundamentales de convivencia, socializacion o éducacion.
Todas estas restricciones o sucesos traumaticos que nos ocasionan estos despropositos son en muchos casos la presuncion y nacimiento del odio y resentimiento.
Àun asi, si logramos mantener los suficientes estimulos asociativos a las variantes de las diferentes aspiraciones de vivencias conjuntas, podremos lograr que se desintegren y se borren los citados sucesos, bloqueando los malos entendidos y produciendo un nuevo horizonte.
Yo soy pues de este mundo
y de estas cosas que son y que me llevan.
(Humberto Megget)
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