"Democracia siempre": Retórica de salvación
o Red de protección político-criminal
Introducción
La cumbre internacional “Democracia siempre”, a celebrar el 21 de julio de 2025 en Santiago de Chile, se autoproclama como una
iniciativa para renovar el compromiso global con la democracia frente a las amenazas
del autoritarismo, la desinformación y las redes criminales. Sin embargo, esta
proclama, respaldada por miembros del Grupo de Puebla, levanta más
sospechas que consensos: ¿es un llamado legítimo a fortalecer las instituciones
o una estrategia retórica para preservar el poder de élites cuestionadas?
Este ensayo analiza críticamente la retórica
empleada, las trayectorias de sus firmantes, sus vínculos con regímenes
antidemocráticos y estructuras criminales, y la incoherencia ética entre el
discurso proclamado y las prácticas políticas reales.
Discurso alarmista y vacío: análisis retórico
El documento fundacional de la cumbre adopta una
narrativa hiperdramatizada: erosión institucional, avance del
autoritarismo y amenazas digitales. Sin embargo, carece de referencias
empíricas, cifras o diagnósticos verificables. Se utiliza el lenguaje de
crisis no como herramienta para el análisis sino como vehículo de
autoposicionamiento político, encajando en la lógica populista: crear una
sensación de urgencia para legitimar a quienes se presentan como sus
salvadores, aunque carezcan de propuestas concretas, verificables o
mecanismos de control ciudadano.
"Resolver los problemas de la democracia con más
democracia", afirman.
Pero no explican cómo.
Los firmantes: credibilidad en entredicho
Los promotores de este documento no son académicos
independientes ni organismos multilaterales imparciales, sino miembros de una
red política ideológica: el Grupo de Puebla, compuesto por:
- Lula da
Silva
(Brasil), vinculado al escándalo Lava Jato y favorecido judicialmente por
decisiones procesales.
- Cristina
Fernández
(Argentina), acusada formalmente por corrupción y posible financiación
ilegal desde Venezuela.
- Evo
Morales
(Bolivia), cuya renuncia se dio tras denuncias de fraude electoral.
- Nicolás
Maduro
(Venezuela), señalado por múltiples organismos internacionales por
violaciones sistemáticas a los derechos humanos.
Estos líderes y otros como José Luis Rodríguez
Zapatero, Gustavo Petro y Gabriel Boric, se presentan como defensores de la
democracia mientras han avalado o silenciado procesos opresivos. Su
participación no es garantía de pluralismo: es una red de protección mutua,
ideológicamente cohesiva y éticamente dudosa.
La red de complicidades: vínculos con corrupción y
narcotráfico
1. Caso Odebrecht y Lava Jato
- Lula
fue condenado por beneficiarse de sobornos mediante contratos con
Petrobras.
- Su
exministro Antonio Palocci denunció pagos por más de 96 millones de USD
de Odebrecht (BBC).
- En
Colombia y Venezuela, Odebrecht financió campañas y manipuló licitaciones
(Wikipedia).
2. Kirchnerismo y financiamiento
ilegal
- La
operación “Bonos del Sur” facilitó beneficios multimillonarios mediante
bonos venezolanos.
- Hugo
“El Pollo” Carvajal denunció vuelos diplomáticos con dinero para financiar
al kirchnerismo (InSight Crime).
- El caso
efedrina vinculó al entorno de Cristina Fernández con el cártel de
Sinaloa.
3. El Cartel de los Soles y Tren de
Aragua (Venezuela)
- Maduro,
Cabello y altos mandos militares están señalados por el control estatal
del narcotráfico.
- Ingresos
estimados: más de 8.500 millones de USD anuales, el 8,5% del PIB
venezolano.
- El Tren
de Aragua, nacido en prisiones venezolanas, opera ya en Chile, Perú y
Colombia.
4. Colombia y Bolivia
- El Clan
del Golfo y las FARC financiaron históricamente campañas (Samper,
Santos).
- En
Bolivia, Morales fue acusado de permitir rutas del narcotráfico desde el
Chapare.
No se trata de conjeturas. Son datos, investigaciones
judiciales, confesiones, operaciones policiales. Lo que se presenta como una
cruzada por la democracia se configura, en realidad, como un sistema
estructurado de impunidad política e institucional.
El doble discurso: desinformación, censura y cinismo
Los líderes del Grupo de Puebla denuncian la
“desinformación digital” como amenaza a la democracia, mientras que:
- En
Venezuela, no
hay medios independientes ni acceso a actas electorales.
- En
Bolivia,
opositores han sido perseguidos judicialmente.
- En Cuba, la represión digital es
política de Estado.
Acusan al algoritmo de polarizar, pero callan ante el
control total de las narrativas en sus propios regímenes aliados. No es lucha
por la verdad: es estrategia para blindar el discurso oficial.
España: la puerta europea del narcotráfico y su crisis
institucional
Aunque alejado geográficamente del núcleo
latinoamericano del Grupo de Puebla, España también enfrenta una pérdida
de legitimidad institucional frente al narcotráfico:
- El hachís
marroquí entra masivamente por Cádiz; la cocaína, por Galicia y
Algeciras.
- Casos
graves como el del chófer de un ministro detenido con cientos de kilos en
coche oficial (Cadena SER) revelan corrupción de alto nivel.
- El auge
del “tusi” (cocaína rosa) y laboratorios en Madrid y Valencia son
prueba de la expansión criminal.
- Se ha reducido
el número de unidades antidroga, debilitando la respuesta estatal (El
País).
Mientras Pedro Sánchez se alinea con el Grupo de
Puebla en defensa de la democracia, en casa su aparato institucional se
erosiona frente a estructuras criminales que operan con relativa impunidad.
Entre la democracia performativa y la realidad
criminal
El Grupo de Puebla y su cumbre “Democracia Siempre” no
representan una cruzada ética contra el autoritarismo, sino una operación de
legitimación simbólica para mantener posiciones de poder mientras evaden la
rendición de cuentas. Su discurso se disfraza de justicia social y
transparencia, pero:
- Carece
de autocrítica.
- Está
respaldado por actores vinculados a corrupción estructural y
narcotráfico.
- Se enmarca
en una red de protección política internacional que ha hecho de la
democracia un recurso narrativo, no un compromiso verificable.
La contradicción entre lo que dicen y lo que hacen no
es anecdótica: es el núcleo de su operación política. Denunciar esta
incoherencia no es polarizar: es defender la democracia real frente a su
simulacro.
Recomendaciones para una respuesta democrática real
- Auditorías
internacionales imparciales en todos los procesos respaldados por el Grupo.
- Criterios
éticos vinculantes para la participación en foros democráticos.
- Separación
tajante entre
líderes investigados por corrupción o delitos transnacionales y espacios
de representación internacional.
- Fortalecimiento
institucional interno: fiscales autónomos, prensa libre, acceso a la
información, límites al poder ejecutivo.
- Educación
cívica y campañas antidroga en países como España, donde el crimen
organizado gana terreno sin resistencia efectiva.
Carta abierta a los firmantes
“No se puede hablar de democracia cuando se protege a
quienes la debilitan. No se puede luchar contra la desinformación mientras se
calla ante la censura oficial. Y no se puede prometer justicia cuando se
encubre corrupción y narcotráfico. Si de verdad desean regenerar la democracia,
empiecen por sus propios actos, sus propias redes y sus propias
responsabilidades. La democracia no necesita escudos retóricos: necesita
verdad, coherencia y valentía institucional.”
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