En el ser humano, confluye
la materia y el espíritu; materia que reviste una forma, entrañando éste y
respondiendo a una idea, principio sustancial.
A causa de este
dualismo, desarrollase en él dos tendencias opuestas, contradictorias; una que
le impide, a la satisfacción de las necesidades materiales, y otra, del propio
espíritu, emanación que le despierta afán, de llenar inmateriales deseos del
alma.
El alma, esencia
vivificadora, que encarna en determinada forma, resultado de una constitución y
organismo que llamamos cuerpo. Constituye además, parte integrante de tal ser,
un motor, fuerza invencible, que al bien le conduce como al mal, donde tiene su
residencia el sentimiento; denominase corazón, y germen es, de todos los
afectos.
Así que, la continua
lucha y la incertidumbre, se entronizan, en las conciencias y suelen dominar
los corazones.
A veces, no sabemos a qué
atenernos, y si el paso, que damos es adelante o retroceso, y caminamos, por
ente las ruinas, de las antiguas instituciones, y no nos sentimos, con valor
suficiente, para levantar los planos de las nuevas, que apuesten, por el gran
desarrollo de sus artes, su literatura, su amor, su ciencia y su tecnología,
que procuren los destellos inextinguibles de una esplendente cultura.
Y sin darnos cuenta,
sin el poder de transportarnos a un mundo ideal, a un mundo infinito o ideal,
cunde el malestar, entre tanto perfeccionamiento del mundo moral, donde arriba
y abajo, suele vivir la honradez aparente, en contubernio con la maldad que
presta, siempre a expensas, del positivismo, que día en día, va haciendo más prosélitos.
“Si usted piensa que la
interpretación de la vida, no tiene que ver con la correspondiente y actual presunción
cultural de la memoria en los acontecimientos del pasado... mejor piénselo de
nuevo “.
Si usted alcanza a recordar, e interpreta creyendo que las
posibles historias intimas, que ha logrado escuchar o le han contado, en los
diferentes pasajes de su existencia, sobre la justificación o el devenir de las
situaciones personales, de probables acontecimientos pasados y futuros, no
resultan muy diferentes a la situación actual, y están resultando ser, parte
parcial o toda la verdad... mejor piénselo una vez más.
Y si usted cree, que existe un continuo cisma existencial, teológico,
que sin querer intenta manipular genéricamente y gobernar a cualquier precio el
espíritu…entonces sería mejor que su alma, saliera del mito y rechazare los
constantes engaños flagrantes, que se están ejecutando actualmente.
Siempre hemos oído, que existen, muchas de las almas en pena,
y que vuelven de peregrinación a la tierra y en ello son acogidos y recibidas
prudentemente, en su reencarnación o retorno.
Porque en la actualidad y sin miramientos, demente es creer,
que los medios sobrenaturales de comunicación entre el mundo visible y el invisible,
pueden ajustarse a un determinado formulario, como tal demencia en que incurren
los espiritistas, que traspasando los límites de un prudente espiritualismo,
asientan a la indicada creencia.
Sin embargo, se puede conjugar las revelaciones cristianas,
en las que se declaran, un favor celestial, concedido a pocos justos de la
tierra, en el propio conocimiento de su jornada, circunstancias, que siendo
educadas en la superstición, y que tal vez son sobremanera ingeniosas, para
conciliar, lo que es permitido creer, con aquellas cosas, que están vedadas.
Todos los partidos
políticos, en sus orígenes primarios, tienden a identificarse con un color, e
idean uniformidad, intentando, llegar sin duda, á exagerar su propio principio,
y á hacer exclusiva su peculiar aspiración.
Es fuerza a convenir, en
que la exageración de aquél, y el exclusivismo de está, es lo que llega, a
constituir y a caracterizar, más propia y definitivamente, á todo partido político,
abstractamente considerado, no se puede desconocer, que los defectos, y los extravíos
políticos, se ligan fácil y aun necesariamente, con otros defectos, y con otros
extravíos, más transcendentales, que los meramente políticos.
Resulta innegable, que
en todo partido político, se encuentran personas poco reflexivas, y otras
también de honradez muy problemática, y de ni aun problemática honradez que, alucinadas
o inspiradas por móviles distintos, de los genuinamente políticos, se interesan
más, que por el verdadero principio y aspiración razonable de su partido, por
la exageración del uno y por el exclusivismo de la otra y aun por los errores,
defectos y utopías políticas, y no políticas vinculadas, con esa exageración y
ese exclusivismo.
Pero si reconocemos,
que todo esto es cierto, no lo es menos, que son muy raros los partidos, si
acaso hay alguno, a que no pueda asignarse, un principio verdadero por base y
una aspiración legítima por fin.
Aunque lógicamente, se
exijan unos a otros, errores políticos y
no políticos, dado que la voluntad, no siempre se atempera a las exigencias
lógicas, ni en todos los casos, ni en cada uno, en toda su extensión, y así
aunque todo partido, se caracterice, en abstracto mas propia, y definitivamente
por sus errores, en concreto, no son imputables todos los errores, de un
partido a todos sus partidarios.
Si las personas no
suscitan los sucesos, los sucesos sorprenderán a las personas, y si no se
disponen los acontecimientos con prevención suave, ellos se impondrán como
remedio doloroso.
Al mal urgente de nuestra suprema discordia,
no corresponde otro medio que una concordia suprema.
Si hoy, no concretamos
el rumbo, que ha de tomar un pueblo, por efecto de los gustos y sus necesidades,
cúlpese a nuestra percepción mental. Ya que no por desconocida, es menos real
la trama de las cosas.
Los alicientes socio-políticos
en la actualidad, persiguen la conducta cívica, de los humanos en su forma
integradora, y sin percatarse, manteniendo actitudes indolentes, donde le
corresponde al candidato de cada sector o grupo, el sentido de mucho de los
enfermos crónicos; tan conformados están ya con su padecimiento y poco
entendimiento, que hallan en la dolencia motivo de presunción y amenidad.
Sobreviniendo estas
circunstancias, es sabido que no resulta fácil inducir, al ciudadano a la
conquista de la dicha, pero todo es posible; bastará que surja una esperanza
potente; bastara que la propia economía, no nos desahucien, antes de tiempo,
para que los que padecen estos avatares, busquen algo mejor. El instinto común de
sobrevivencia, se concentrará en esas propuestas, donde todos los sentidos
razonables que aún quedan, clamen y exigen un bienestar social.
Todo ha de comenzar, con
una metamorfosis, donde las explicaciones, las ilusiones, con el arte del
dialogo y la comunicación, resulte el factor principalísimo para ese logro. Si
hemos de amar la vida, procuremos hacerla amable. No hay para esto más camino,
que descubrir los entrañables tonos musicales, cuya misión repararan en las
costumbres y la influencia, que sin ser absoluta es cierta.
Para los seres humanos,
los más grandes, obstáculos que vencer, no son las dificultades materiales, son
las dificultades existenciales o morales.
Desde el momento, en
que el espíritu, es quien produce y gobierna el mundo, el perfeccionismo
intelectual y moral, se hace a la vez, del progreso material.
Ahora nos expresan, que
existen problemas, en la economía mundial, y que esta va hacia la recesión,
donde existe una incertidumbre de productividad y falta de capacidad comparada,
pero en realidad el verdadero asunto de la producción, es que aparece como una palanca
de elevación moral; la energía de alma, donde las virtudes humanas, son las que
constituyen, la fuente principal, de la riqueza de las naciones, las que crean,
desarrolla y mantienen esa riqueza.
Con el tiempo, aunque la
riqueza, también engrandece, se declina y se extingue, con tan nobles atributos
del alma.
Parece que no hay
seguridad estable, para el mundo, más que en el contentamiento de las almas; no
hay reposo, si cada cual no comprende, las condiciones de su destino; si en vez
de correr, siempre insaciable y nunca satisfecho, tras la copa embriagadora de
los éxitos y goces materiales, porque las necesidades no reguladas por el corazón
y la inteligencia son infinitas, y satisfecha una, nace de ella otra nueva,
donde no se doblega el humano a las leyes del sacrificio y la humildad,
ejercitando las facultades del imperio moral de existencia, la vida,
encontrando no solo la alegría del alma, sino bienes más reales y abundantes
que los que las seducciones del error hacen brillar ante nuestros ojos.
Individualmente con la
simpatía, la justicia y el trabajo, sofocaremos nuestro sentimiento del deber,
superando las circunstancias irracionales, de nuestra naturaleza, y aún sobre
el interés, por legítimas que parezcan sus exigencias, manteniendo el inmenso
dominio soberano, de los principios éticos.
No quisiera volver
acatarrarme, de tanto urbanismo burocrático, pero después de ver finalizado, la realización
de más de 70 planes generales de ordenación territorial, sobre ambitos municipales,
en una sola Comunidad Autónoma, en territorios que en ocasiones no llegaban a
los 2000 habitantes, incluido el carácter mixto de su recuento (cuando la
legislación indicaba su necesidad a partir de 50000). Ahora a son de bombo y
platillo, nos anuncian la estrategia, no de largo alcance, pero si de medio
plazo, de constituir un plan para un área denominada “Metropolitana”, pero que
esta, abarcaría un sinfín de ciudades y entidades desconexas.
Sin la presentación, ni
exposición precisa, de ningún tipo de propuesta o avance, esta aportación solo
se ve aleccionada por la avalancha propagandística en que se envuelve, donde
parece que es, el más importante servicio sectorial, frente a un debate provincial
y público sobre el territorio.
Todos conocemos, que
estas intervenciones burocráticas, patinan, colean, son molestas y no tienen
sentido, como en la época de las guerras territoriales del Medievo, donde se
produce una morfología de la conquista y con la precisión de la instauración de nuevos límites territoriales, así poder mejorar las decisiones como tareas
de acabado, en todas las inducidas propuestas económicas, que se podrán observar
en “ Actuaciones” (o Áreas de reforma y
trazado), “Ordenaciones “ (o áreas de
normativa), y “ Acciones” (o Áreas de proyecto).
Deberían asumir, en su
pretensión, por funcionalidad y racionalidad, que dada la superficie de
actuación y su escala, no hay un patrón espacial, con independencia del dominio
político y social; y que no existirá variación, en las estructuras básicas de
las ciudades o poblaciones intervinientes y consolidadas.
Solo cabe recordar, que la preocupación
e interés por la ciudad, propiciara un desarrollo cultural, donde en un entorno
de nivel municipal, deberá atenerse competencialmente a los siguientes caracteres
y singularidades:
a)Grandes y pequeñas decisiones en su estructura y forma.
b)Atender al paradigma del crecimiento y acabar con los problemas
existentes.
c)Intervenir entre las distintas relaciones de la ciudad, centro y
periferia.
d)Estructurar viarios e intervenir en espacios públicos y de edificación.
e)Zonificación y trazado de las funciones y forma de ciudad.
f)Estudio de la estimación de viviendas para dimensionar la nueva ocupación.
g)Segregación funcional y mezcla de usos.
h)Ordenación integral del territorio, desarrollando espacios libres y
edificados.
La conciencia es la
expresión subjetiva, de la desintegración funcional, de los elementos nerviosos;
su intensidad, esta en proporción directa con la desintegración de los elementos
activos, y al mismo tiempo en proporción inversa, con la facilidad con que cada
uno de estos elementos, transmite a otros la desintegración, que se apodera de él
y entra en la superficie de reintegración.
En todos los instantes,
de nuestra vida, cada una de las innumerables celdas nerviosas, que están
llamadas a obrar y que han sido una vez integradas, según el tipo evolutivo del
organismo á que pertenezcan, oscilan sin cesar entre la desintegración, o reintegración,
entre la conciencia y la inconsciencia.
El conjunto de sensaciones
en nuestros órganos internos, que proporcionan un conocimiento, más o menos
consciente, del estado general y funcionamiento del propio cuerpo (cenestesia),
bien sea total, personal o impersonal,
que tenemos en un momento dado, es la suma o resultante, de las fases
desintegrativas conscientes, de todas estas actividades parciales.
La consciencia es
continua, gracias en parte a la continuidad, del procedimiento de
desintegración funcional, y á que los estados de consciencia, al pasar de un
grupo de elementos centrales á otro, están siempre unidos entre sí, por una u
otra forma de asociación, y son bajo este punto de vista, realmente la
continuación de uno de otros; y en parte también, gracias á la reviviscencia,
de estado de conciencia pasados, inconscientemente consolidados, o vueltos
latentes por la reintegración y segregados de nuevo tan pronto como una onda de
desintegración viene a sacarlos de su letargo.
Estas numerosas
vibraciones y revibraciones aisladas, que se funden, en ese acuerdo unificador,
es lo que llamamos nuestra cenestesia, y que poseemos sin interrupción interna,
mientras estamos despiertos; en la conciencia no hay solución de continuidad,
más que cuando se detiene en la desintegración neuro-psíquica: es decir durante
el sueño profundo y durante el sincope.
Aunque nuestra
consciencia, se interrumpe intermitentemente, con mucha frecuencia, porque a
menudo, se forman sensaciones directas o reflejas suficientemente intensas,
para detener por completo la desintegración, debida a las sensaciones
personales, y para ahogar todo sentimiento individual; Con la impresión, salimos
de nuestras reflexiones, para recordar, que somos nosotros los que hemos
reflexionado, logrando apaciguar tensiones, y permitiendo sensaciones restituidas,
que nos atraigan a la individualidad, no produciéndose desintegración, ni nada
de conciencia.
El síntoma de tibieza
en los ciudadanos, a veces se confunde con una especie de caridad social,
siendo este uno de los valores más vulnerables en el espíritu de las
desigualdades.
El realismo político,
no implica impresionar con fotografías o bien imágenes virtuales, sino más
bien, en establecer la creación, de una realidad, aún más honda, y por tanto
más seria, de lo realmente visible.
Las invocaciones
mágicas, de los grandes poderes, suelen decaer en tonos mesiánicos. Donde
existe, una representación dura y también cordial e irónica, que aunque se
disfrace con novedosos apelativos elocuentes, como “eco-chic”, sostienen ese
tipo de escenarios sin “pobrezinhos”, haciendo el círculo, de algún personaje
público, donde las pernoctaciones superan 25 veces el promedio de algo
honorable y común a un elector ciudadano.
Estos denominados
paraísos, mantienen las viejas informaciones de limitado valor, digamos pobre
también, donde se evalúan, enclavados en aspectos de la desaparecida burguesía
y el alto comercio.
Aquí, en este aspecto
social es donde aparece lo feo, solo a causa de lo bello; y es donde se produce
una fealdad que es risueña a ambos rostros, y también donde se obtienen las dos
caras, que seguramente son más graciosas que bonitas, solicitando por un lado,
los votos del ciudadano normal y con otra disfrutando de ese señorío mercantil.
Siempre ha existido una
sistematización de lo feo, donde la deformidad, la incorrección y la
desfiguración, propician apelativos en la sociedad como desarmonía, lo
chocante, la caricatura, lo débil, lo bajo, lo vulgar, lo arbitrario y grosero
, lo incierto, lo vacío, lo malo , lo horrible y repugnante, como también lo
demoniaco, lo hechiceresco y lo satánico.
Distraer con la caridad
ciudadana, donde todo lo sobrelleva, todo lo cree, todo lo espera, y todo lo
soporta, si no propiciamos un reconocimiento, un valor y una estima al
ciudadano, tal como la ejerceríamos a nosotros mismos, resulta obvio, que será
imposible ejercer una inclinación a solucionar y socorrer las necesidades,
trabajos y miserias ajenas.
Que sea bien dichoso,
el que inspirándose en el gran libro del universo, trasmite á los hombres, de
acuerdo con el medioambiente, el paisaje y la poesía, las manifestaciones de
conservación de la naturaleza, cuya existencia es el incesante y eterno cántico
de cualquier expresión natural.
El señalado concubinato,
del actual ministro de medio ambiente y la compañía eléctrica de Tokio (TEPCO),
donde recientemente han aparecido, en un cielo cubierto de densas nieblas, y
con una perfumada atmosfera, han hecho público, unas manifestaciones, donde planean,
sin imaginar otras soluciones, verter al océano de todos, el agua radiactiva
contaminada, procedente del enfriamiento de la central nuclear de Fukushima,
para que se diluya.
Y en la misma era el
pueblo, formado por los humanos comunes, se entregará a una vida austera y
penitente, en medio de la soledad, apartada y contaminada en todo sentido del
trato común, consumiendo su existencia en la más rigurosa y enferma
mortificación.
Solo nos quedará poder observar,
el agitado mar por las encrespadas olas, donde únicamente reinará, por su
longevidad; donde el oleaje se levantará embravecido, pero será infértil de vida, y árido
como un desierto.
El poder recrearse de
agradables compañías, alienta los espíritus de benevolencia y noble
sentimientos hacia los semejantes, por lo general, las personas sostienen por
necesidad, la acción del espíritu sobre sí
mismo y sobre la materia, y sin embargo la paradoja sostiene la importancia de la
inconsciencia, ya que la risa no tiene tiempo, la imaginación no posee edad y
los sueños pueden ser para siempre.
El hombre siempre presentará
dos aspectos o dos caracteres: el carácter de individuo, es decir, de ser uno y
distinto de los demás seres, y el carácter de miembro o parte integrante de ese
gran todo, de ese gran conjunto de hombres relacionados entre sí y con el
universo, que se llama sociedad humana o humanidad.
Los elementos vitales,
son los mismos siempre, siendo cuestión de oportunidad o conveniencia, pero el plan
varía según las circunstancias, los lugares o las personas; así lo real y lo
ideal son polos de una misma concepción de la naturaleza, donde por un igual,
tanto el abuso de la vida metafísica, o bien, el empobrecimiento de una vida bucólica,
supondrá una hipertrofia en la sensibilidad o intelectualidad aguda.
Por consiguiente el
bien total y absoluto del hombre puede considerarse bajo dos puntos de vista,
como bien de la humanidad, donde hay un bien que llamamos bien individual
(virtud) y otro bien que se denomina bien social (mérito).
Séllame de besos la
boca,
Porque buenos son tus
deseos más que legitimidades.
Podemos hacer
extensible, el concepto de una ciencia, reconociendo que el vocablo proviene del
latín ‘Scientia’ que significa “conocer”. El término se utiliza para describir, al conocimiento que se tiene de algo.
Otra acepción, sobre la
ciencia, la describe como una parte del saber humano, formado, por todos los
conocimientos, muy objetivos, que pueden ser verificados, sobre una materia y
que estos conocimientos, se obtienen, por medio de la observación y el
experimento, en la utilización de metodologías acertadas ,con el o los objetos
en estudio.
Esta permite, explicar los principios y causas, así como la verificación, de las hipótesis
presentadas. Pero también, la ingeniería se resume, en su definición: dado que definir,
en el sentido científico de esta palabra, es condensar un concepto, en una
fórmula breve y concisa.
Esta fórmula, sin
embargo, no se observa fácilmente, o a primer golpe de vista, en la ingeniería de la edificación, dado que
una cosa es, sentir ó concebir, y otra definir ó expresar, sobre todo cuando se
trata de un vasto conjunto de saberes, ideas y de hechos. La ingeniería como
profesión o disciplina es técnica y permite que la capacidad imaginativa del
ser humano y su creatividad se conviertan en un arte, concibiendo el hombre cosas
que aún no existen, haciendo reales sus ideas. Igualmente, los problemas en la
ingeniería, están interrelacionados y el ingeniero debe tener conocimientos
básicos, de todas las ingenierías, para un mayor y efectivo desenvolvimiento.
Fundamentalmente, es la
aplicación de los conocimientos, que se adquieren a través de la ciencia, con
el fin de satisfacer necesidades diarias que tiene el ser humano. Entonces, es
aplicar conocimientos científicos al diseño, inventos, perfección o manejo de
procedimientos a nivel industrial u otros campos. En la ingeniería edificatoria
es necesario aplicar conocimientos científicos y empíricos para convertir
satisfactoriamente los materiales, la energía y fuerzas presentes en la industria y naturaleza.
Así pues, dentro de las
ingenierías encontramos, que se encargan de las transformaciones de sus
conocimientos para obtener medios que puedan satisfacer una de las necesidades primarias del ser humano, el hábitat.
Puede suceder muy bien,
y sucede en efecto con frecuencia, que el objeto de una rama cualquiera de los
conocimientos humanos sea clara e igualmente concebido por todo los que la
cultivan, y que, sin embargo, cada uno de ellos lo exprese de diferente manera.
Es posible, que una
idea esté definida gráficamente, en el pensamiento, sin que por eso, tenga una
definición exacta en el lenguaje, porque
no puede explicarse, por palabras el sentido de todas las palabras, y así mismo,
la definición de número es imposible.
La realidad, no se
presta más que a descripciones, y por eso no puede definirse el objeto de una
ciencia, siendo esta definición el resultado final de una ciencia misma.
La definición, no puede
nunca expresar, la esencia total interna, del concepto, razón por la cual, la
ciencia está en renovación continua, para llegar a una definición, conforme con
la naturaleza cognoscible, y pasa en los estados de nuestra actividad
intelectual, por grados intermedios, en que nos detenemos temporalmente.
Donde concebimos,
formando una idea de algo o un designio, propósito o pensamiento, aceptado por
nuestra voluntad, encontrándole justificación.
Cualquier tipo de
inquisición, en cualquier sector económico y profesional, siempre resultará
temporal, por igual, que en su momento se determinaron, los caracteres morales
y naturales, respondiendo siempre a una filosofía, que defiende computar ciertos
saberes en la sociedad y que busca establecer injustificadamente de una manera
denominada racional, unos principios
morales, que con carácter general, simulen organizar y orientar, ”oscuros”
conocimientos, en ese momento de realidad y así justificar ellos mismos, el
sentido del obrar humano.
Toda filosofía, debería
apoyarse en leyes naturales, así como en la bondad o malicia de las acciones,
los anglosajones, se obstinan que toda corriente filosófica, debe ser analítica,
donde destacan la importancia del lenguaje, de su verificabilidad y precisión
en el análisis de las proposiciones.
Sin embargo, no son
conscientes, que la filosofía, también precisa ineludiblemente, de un sistema
de sustancia, sintético, sinóptico, resumido, de compendio, producido por el
ingenio humano y hecho por mano o artificio singular del hombre.
En el renacimiento, el
funcionamiento de la inquisición, dentro del Consejo de la Suprema y general
inquisición, es que siempre favorecería la delación, con la correspondiente
acusación y denuncia de los hechos censurables, donde el acusado jamás, conocía
los nombres de los testigos de cargo. Al mismo tiempo, se hacía un marketing y
propaganda de la delación, insistiendo en que era un deber de conciencia y ni siquiera
los parientes más próximos del condenado estaban exentos de ella.
En la actualidad, desgraciadamente
en similitud de circunstancias, también resulta así, donde los recorridos de la
infamia, ante el velo de la globalización, que procuran esos sectores, donde
siguen conspirando y se determinan en esa Nueva Suprema; manteniendo los
prejuicios, de ese establecido Nuevo Orden, filtran y vuelven a escoger a sus condenados,
donde se trasmite, a sus hijos, a sus nietos, que en muchos casos se ven,
privados de cualquier, actividad, cargo honorífico y hasta de sus bienes, pues
se les llega a confiscar o vulnerar.