Concordia libre e igual
Todos los partidos
políticos, en sus orígenes primarios, tienden a identificarse con un color, e
idean uniformidad, intentando, llegar sin duda, á exagerar su propio principio,
y á hacer exclusiva su peculiar aspiración.
Es fuerza a convenir, en
que la exageración de aquél, y el exclusivismo de está, es lo que llega, a
constituir y a caracterizar, más propia y definitivamente, á todo partido político,
abstractamente considerado, no se puede desconocer, que los defectos, y los extravíos
políticos, se ligan fácil y aun necesariamente, con otros defectos, y con otros
extravíos, más transcendentales, que los meramente políticos.
Resulta innegable, que
en todo partido político, se encuentran personas poco reflexivas, y otras
también de honradez muy problemática, y de ni aun problemática honradez que, alucinadas
o inspiradas por móviles distintos, de los genuinamente políticos, se interesan
más, que por el verdadero principio y aspiración razonable de su partido, por
la exageración del uno y por el exclusivismo de la otra y aun por los errores,
defectos y utopías políticas, y no políticas vinculadas, con esa exageración y
ese exclusivismo.
Pero si reconocemos,
que todo esto es cierto, no lo es menos, que son muy raros los partidos, si
acaso hay alguno, a que no pueda asignarse, un principio verdadero por base y
una aspiración legítima por fin.
Aunque lógicamente, se
exijan unos a otros, errores políticos y
no políticos, dado que la voluntad, no siempre se atempera a las exigencias
lógicas, ni en todos los casos, ni en cada uno, en toda su extensión, y así
aunque todo partido, se caracterice, en abstracto mas propia, y definitivamente
por sus errores, en concreto, no son imputables todos los errores, de un
partido a todos sus partidarios.
Si las personas no
suscitan los sucesos, los sucesos sorprenderán a las personas, y si no se
disponen los acontecimientos con prevención suave, ellos se impondrán como
remedio doloroso.
Al mal urgente de nuestra suprema discordia,
no corresponde otro medio que una concordia suprema.
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