REFERENCIA APICE

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miércoles, 24 de mayo de 2023

Autoestima y voluntad....Healing

 


Autoestima y voluntad.

Una serie de fracasos en la vida personal pueden llegar a desestabilizarnos y hacernos dudar de nosotros mismos. En momentos como esos, es fácil dejarse llevar y desanimarse. Pero hay que decir que es posible restaurar la fe en uno mismo, si somos capaces de restaurar la claridad mental anterior, donde también cuenta cómo aumentar la autoestima.

Al dudar de nosotros mismos, perdemos tiempo y oportunidades de desarrollo. Y así parecería que una comprensión de esto debería estimularnos. 

El problema es que la incertidumbre constante nos deprime no solo moralmente, sino también físicamente: nos cansamos más rápido, nos sentimos agotados y al final, incluso las cosas que parecían fáciles se vuelven abrumadoras.

Para salir de este círculo vicioso, la fuerza de voluntad por sí sola no es suficiente. Se aconseja comenzar por reconsiderar las actitudes internas. Donde, la falta de confianza en uno mismo se manifiesta en tres niveles diferentes:

·       En lo que valgo, que es la base es la autoestima.

·       En lo que puedo y puedo hacer, siendo la parte media es la confianza en uno mismo.

·       Y del que soy capaz, es la parte superior es la autoafirmación.

¿Podemos tener éxito en lo que hacemos y tener baja autoestima al mismo tiempo? ¿O bien respetarte a ti mismo sin tener suficiente fe en tus talentos y habilidades? 

Aprender a creer en ti mismo significa desarrollar la fe en tus capacidades, tus recursos internos, tus talentos, en otras palabras, no tiene sentido intentar cambiarte a ti mismo sin trabajar primero con tus configuraciones profundas. Aquí hay algunas técnicas para ayudarlo a desarrollar un enfoque constructivo de su propia vida.

Para recuperar la confianza en ti mismo y aumentar la autoestima, no debes intentar influir en aquellas áreas en las que eres más vulnerable. 

Hay que concéntrese en mejorar las habilidades que uno ya tiene. La conciencia de su propio dominio aumenta la confianza en sí mismo a través de las emociones positivas que experimenta el orgullo, la alegría, la ligereza mental. Digamos que tu "capital" emocional aumentará, y así te dará energía para trabajar en ti mismo y mejorará tu autoestima en términos generales.

Para salir de este callejón sin salida, debemos trazar una línea clara entre un objetivo que es específico y alcanzable, un objetivo que se puede lograr temporalmente para encontrar un entendimiento mutuo, y una meta que actualmente resulta inalcanzable para nosotros, con lo cual lo ideal es que justifiques cada uno de tus objetivos: aclarar cuáles son nuestras posibilidades reales para lograrlo, y qué opciones es mejor no tomar en cuenta.





lunes, 22 de mayo de 2023

Matices del ser humano....Legend Music

 



Matices del ser humano

El ser humano es dueño de su destino y que, para ello, solo tiene que tomar sus propias decisiones amparadas en el sentido profundo de su existencia, que nunca ha de ser la infelicidad, por mucho sufrimiento que se soporte.

La voluntad de sentido es el hallazgo de un argumento, una razón que nos permita orientar nuestra vida, nuestros pensamientos y motivaciones hacia un objetivo que valide de manera razonable nuestra forma de obrar y conducirnos en el mundo que nos ha tocado vivir. Cuando una persona se rige por la voluntad de sentido no hallará la frustración que encuentran aquellas que únicamente persiguen el placer o el poder.

Esa carencia de frustración le salvará, por tanto, del peligroso vacío existencial en que se dejan atrapar tantos y que, a la vista está, no favorece el progreso individual ni social.  No hay nada ni nadie que no guarde algo bueno, y saber apreciarlo es prueba de sabiduría. Pero hay quienes, movidos por la envidia y la maldad, entre mil virtudes sólo perciben el mínimo defecto, que incluso censuran y celebran: “Más feliz es el gusto de otros que, entre mil defectos, toparán luego con una sola perfección que se le cayó a la ventura”. “Es pasión de necios la prisa”.

No puede haber vida buena, ni cultura, ni saber, ni buena conversación en los tiempos acelerados de la premura. Elegir la lentitud es tomar partido por la profundidad de los pensamientos y los sentires. Es aprovechar cada instante frente al atropellamiento y el ajetreo incesante, al contrario de quienes “como van con tanta prisa, acaban enseguida con todo”. 

Elegir la lentitud infunde valor a lo que hacemos: “Lo que se hace deprisa, deprisa se deshace; mas lo que ha de durar una eternidad, ha de tardar otra en hacerse”, podremos comprender que la aceptación de las dificultades en base a un sentido último viene de lejos y no implica una actitud derrotista ante la vida sino, tal vez, una vitalidad mayor ante los reveses que esta nos propina.

Quizá convenga recordar algo que pudiera parecer evidente. La filosofía no es autoayuda. La autoayuda nos incita a gestionarnos y adaptarnos a lo dado, mientras que la filosofía cuestiona lo dado. 

La autoayuda es un negocio que promete felicidad a cambio de adaptación (ahora lo llaman resiliencia); la filosofía, por su parte, nos abastece de armas intelectuales y nos entrena para no ser esclavos emocionales. No es autoayuda porque, sencillamente, cuestiona lo que la autoayuda da por hecho.

La autoayuda parte de una perspectiva pasiva y de sometimiento; la filosofía pide y ejerce la actividad. La autoayuda es un negocio que vende la felicidad como un producto de consumo, mientras que la filosofía piensa qué estructuras facilitan el imperativo de la felicidad.

En definitiva, la autoayuda reacciona (tarde y desde lo ya establecido) y la filosofía actúa (desde el principio y desde los cimientos).

El matiz es esencial.

 


sábado, 20 de mayo de 2023

El principio de la felicidad.....cheerful tibetan music

 



CONSEJOS DE CORAZON: EL PRINCIPIO DE LA FELICIDAD

¿De donde viene el bienestar que deseamos? 

Nadie desea sufrir y todos queremos ser felices. ¿De dónde proviene el bienestar y  felicidad que deseamos? Si viniera de afuera esa felicidad se desvanecería y  desaparecería porque todo lo externo es efímero. Por lo tanto, nuestra felicidad no  puede basarse en algo externo. La felicidad y el bienestar estable que deseamos se origina desde dentro de uno mismo, es el resultado de un trabajo interior.  

Cuando hablamos de cambio interior nos referimos a que nuestra conducta se vaya  volviendo más positiva, más virtuosa, más respetuosa y pensemos en los demás.  Como resultado vamos a recibir su cariño y su estima, esto nos hará más felices y  nos traerá el bienestar que buscamos. Mejorar como persona, respetar y estimar a  los demás es de lo que tratan las enseñanzas budistas, se llama “dharma” en  sánscrito, se refieren al cambio interior de mejorar para encontrarse con ese bienestar. 

Uno mismo se gana el cariño o el rechazo de los demás 

Este cambio interior no es algo que dependa de los demás sino de uno mismo. Tampoco depende de la suerte. Si queremos ganarnos el cariño de los demás  necesitamos ser honestos, hablar de forma correcta y virtuosa. Esto nos dará un  subidón de alegría porque vemos que la gente nos querrá y cuando necesitemos de  su ayuda nos ayudarán con alegría. Si realmente buscamos bienestar hemos de  comportarnos correctamente con el cuerpo, palabra y mente. Nuestras acciones y  manera de comunicarnos con palabras y con gestos han de ser correctas, pero han  de acompañarse de pensamientos correctos. Por el contrario, las acciones  incorrectas van a traer un resultado muy pesado y sus consecuencias las  padeceremos en vidas futuras. 

Hay una frase que dice “Aunque tengas el deseo intenso  de no sufrir y quieras ser feliz, si tus acciones están creando causas de sufrimiento, seguiremos padeciendo sufrimiento”. Es decir, si tus acciones no crean las causas  de felicidad no desaparecerá el sufrimiento. 

Investiga de donde viene la felicidad que deseas 

Hay que identificar con claridad cuáles son las causas que producen felicidad. Aunque estemos limitados y el 100% de nuestras acciones no sean virtuosas, tenemos que intentar que al menos un gran porcentaje de ellas sean virtuosas siendo más bondadosos y serviciales. No podemos permanecer pasivos, hay que  actuar para ser mejor. ¡Analízalo, reflexiónalo! 

En filosofía budista se dice “uno mismo es el creador de su propio bienestar o de su propio sufrimiento”. Por eso hay una frase que dice: “uno mismo puede ser su mejor  amigo o su peor enemigo”. Aunque parezca una contradicción tiene su lógica,  nuestra vida no termina cuando esta vida llegue a su fin, el cuerpo se queda, pero  la mente continúa. Las experiencias que tenemos después de esta vida pueden ser  buenas o muy malas, dependen de las acciones que hayas realizado. 

La filosofía budista no reconoce a un ser creador supremo, externo que nos de esa felicidad o ese sufrimiento, nadie decide lo que va a pasar después de esta vida. Es  la propia conducta y el propio resultado de mis acciones, de mi palabra y  pensamientos los que van a determinar lo que voy a vivir después de esta vida.  Mientras mis acciones actúen bajo el poder de emociones aflictivas serán negativas e incorrectas y como consecuencia traerán experiencias de sufrimiento. 

Las bendiciones no vienen de afuera 

La mente se transforma para ser mejor cuando actúas de forma correcta y virtuosa, esas son las auténticas bendiciones. Vienen de dentro cuando cambiamos nuestra  manera de ser. Hemos de pensarlo primero para llegar a esa convicción. No esperes  que las bendiciones vengan de afuera ni de que te pongan las manos en la cabeza,  nos puede ayudar a inspirarnos, pero el cambio real viene de analizar y transformar  nuestro actuar. Hay que cuestionarse los consejos que recibimos porque nos  ayudan a entender. 

El propio Buda dijo “no creáis mis palabras simplemente porque las dice el buda,  cuestiónalas y analízalas, piénsalas y si tienen coherencia síguelas” El Buda nos da  la libertad de elegir, no son una imposición, cuando tras el análisis vemos la  coherencia y el beneficio de las enseñanzas, eso nos lleva a ponerlas en práctica. 

Nuestros pensamientos y nuestra manera de actuar son los que determinan el bienestar o el sufrimiento que tenemos 

Los pensamientos con los que llenamos nuestra mente son los que tenemos que  cuidar con más atención. Podemos empezar por aceptar la derrota con pequeñas  acciones y pequeñitos ofrecimientos de ofrecer la victoria a los demás. Prestar  atención a los demás es servir a los demás, es ofrecer la victoria. Cuando estamos  pendientes y nos volcamos en los demás acumulamos muchos méritos (lo que se  llama en filosofía budista virtud) y nos ganamos su cariño. 

“Aceptar la derrota y ofrecer la victoria” significa comportamos de forma que  ayudemos y sirvamos a los demás empezando por los más cercanos a nosotros, además también ayuda a desarrollar la paciencia.

Una mente satisfecha es una mente feliz 

Una mente satisfecha es una mente que no persigue el deseo, esta contenta con lo  que tiene. Las guerras y los conflictos entre familias son producto de una mente  insatisfecha, quieren más a costa de los demás. Es como un riachuelo que corre hacia abajo. La insatisfacción nos arrastra a meternos en problemas. Mejor busca  soluciones. 

Recuerda la ley de causa y efecto, si experimentas una situación desagradable es  porque has creado las causas en vidas pasadas y ahora están madurando las  consecuencias. 

No te quedes atrapado en la preocupación y en el enfado pensando que es injusto  porque estarás añadiendo sufrimiento a tu mente y te estarás te estarás cargando  de negatividad. Si dejamos que los problemas no nos aplasten no buscaremos  soluciones drásticas. Se consciente de que es fruto de un karma, acepta la  situación. La convicción en la ley de causa y efecto se consigue a través del estudio, te ayudará a comprenderlo y a no quedarte estancado en los problemas, aun  cuando sean insignificantes. 

Enseñanzas impartidas “Consejos de corazón”, por el Ven. Guese Lamsang. 







martes, 9 de mayo de 2023

Vaticinio de la suerte.... Everythingt

 




Vaticinio de la suerte

La suerte es tanto un objeto de deseo como un objeto de prejuicio. Saliendo del propio marco de la magia y el fatalismo. Expresaremos que  de hecho, hay suerte al azar, pero hay otro tipo de suerte que se puede empujar y cultivar, y esa suerte está disponible para todos.  Se cree que hay dos tipos de afortunados: los que coleccionan casos favorables simplemente porque nacieron bajo una estrella de la suerte, y los que recibieron un regalo del cielo (como una lotería, un encuentro fatídico, o bien una cura inexplicable).

En el análisis del factor suerte, este permite establecer que existen dos tipos de suerte: la pasiva (para ganar la lotería) y la psicológica, que surge como resultado de una decisión volitiva, que es una formulación consciente de una posición personal.  El segundo tipo de suerte se puede renovar, y se denominaría suerte a largo plazo.

Ambos tipos de suerte tienen cinco componentes: un encuentro oportuno (la persona adecuada en el momento adecuado), información clave que resultó ser el camino, apertura a lo nuevo (la posibilidad de obtener una experiencia positiva), una solicitud inesperada, y un evento que cambia la vida que interrumpe el curso normal de la vida.

Para prolongar la buena fortuna, es necesario preparar el terreno en el que las semillas de oportunidades favorables puedan desarrollarse y fortalecerse. Esto se puede hacer sólo si se dominan las siguientes cuatro actitudes.

Establecer una tarea en función a la elección de valores y normas personales que hacemos. Abrirse al mundo dirigiendo la energía en una dirección determinada. Explotación fallida o reciclaje de contratiempos inesperados. Convertirse en un talismán para los demás, cuando la suerte son otros.


viernes, 5 de mayo de 2023

Es eso el amor......Anybody Seen My Baby

 



¿ES ESO EL AMOR?

El sentimiento del amor, en multitud de ocasiones indomable, siempre ha sido víctima de las distintas clasificaciones que las civilizaciones han querido darle, así por ejemplo Los griegos, de hecho, identificaron siete tipos distintos de amor: desde el que se siente por uno mismo hasta el sentimiento desenfrenado por un amante.

Así pues ¿Qué es el amor romántico?, ¿Enamorarse y amar es lo mismo? Reflexionar sobre este increíble y fascinante sentimiento, capaz de proporcionarnos felicidad y sufrimiento a partes iguales, solo puede acercarnos más a nuestra propia voz.

Al otro lado de ese continente de los griegos, una civilización antigua, como la Inca, no se tomó tantas molestias para clasificar las maneras de amar: prefirió magnificar el sentimiento que nos ocupa en una única cualidad que debía regir cada uno de nuestros actos. El “munay” Inca integra el amor a uno mismo, al prójimo y al entorno, un concepto que conforma gran parte de la cosmovisión andina y que apela a la raíz del verdadero amor más que al tipo de relación amorosa. Así, aseguraban que amar debe ser vivir, evolucionar, liberarse, integrar, perdonar, intensificar e iluminar. 

En la actualidad vivimos tiempos de volatilidad, de continuas prisas, donde uno se explota a sí mismo y cree que está realizándose. Deambulamos en busca de una felicidad inmediata, estimulados por una cultura superconsumista y embelesada en la propiedad privada que impregna la cotidianeidad. El tiempo ya no es vida, tan solo oro. 

Al parecer ya no importa el tipo de persona que eres ni cómo tratas a los demás sino que, por el contrario, lo que trasciende es la imagen o caricatura de ti mismo que logras proyectar en las redes sociales, es decir, la representación a la realidad. Afirmemos que en realidad en la actualidad prolifera el narcisismo, luego ¿Qué pasa con el amor?

Las relaciones interpersonales han perdido profundidad. Generar un vínculo que perdure en el tiempo resulta un esfuerzo titánico debido a nuestra intolerancia a la imperfección humana. No hay cabida para las equivocaciones ni para los defectos, se prescinden de las segundas oportunidades. Ya no hace falta detenerse en rasgar un poco la superficie de la persona para verdaderamente conocerla más allá de su fachada, las ideas preconcebidas o prejuicios ya la han sentenciado. ¿Para qué perder el tiempo si podemos encontrar a otra persona en una aplicación de citas? es en realidad la tragicomedia acerca de las relaciones individuales y colectivas que nos ha tocado escenificar, podríamos ahora preguntarnos si ¿es posible repensar el amor de otra manera?

La historia de la existencia de una supuesta alma gemela no ha hecho más que fortalecer ese modelo de amor popular que se aleja de la realidad dada su improbabilidad estadística. El mito del amor romántico se convierte, en ocasiones, en un sueño del que no queremos despertarnos porque, mientras estemos dormidos, logrará ahuyentar una soledad involuntaria difícil de soportar. La idea de que en algún lugar habita una persona predestinada es muy seductora, nos narcotiza, nos proporciona consuelo.

En occidente admiten diferentes conceptos que admiten diferentes combinaciones donde la intimidad, la pasión y el compromiso como “teoría triangular del amor“, se erigen en los tres componentes que, debidamente conjugados, dan lugar a siete tipos de amor.

Según los griegos, el “philautia” o amor propio debería ser el principal interés de todo humano: es el que permite el resto de devaneos.

Cuando más que ser un interés, el amor se revela absolutamente desinteresado, firme y cierto y, además, se basa en la admiración y el respeto hacia otra persona, provocando que solo se desee su bien, estaríamos ante lo que los antiguos griegos denominaban “philia”, una categoría que Aristóteles redujo a la de pura amistad en aras del bien común en su Ética a Nicómaco.

En las antípodas de dicha “philia” se encontraría “ludus”, que viene a ser el amor puramente sexual, ese en que los amantes se entregan con ferocidad salvaje a procurarse el máximo placer carnal.

A pesar de que “ludus” pueda parecer nacido de un instinto más animal que humano, no deberíamos olvidar que, en muchas ocasiones, esa fogosidad inicial de una relación va evolucionando, con el tiempo, hasta convertirse en eso que algunos románticos aún llaman amor verdadero. El “pragma” griego es ese tipo de amor que conforman el tiempo y la confianza, la aceptación de las diferencias y, por tanto, la multiplicación de las afinidades.

Muy a menudo, las diferencias de la persona amada son asumidas por el amante como imperfecciones. Pero cuando, a pesar de dichas imperfecciones, se persigue a toda costa el bienestar de la persona amada, surge el ágape o amor incondicional, en que predomina la ternura. Curioso cómo el ágape griego tornó, en latín, en las comidas fraternales que compartían los primeros cristianos.

Las imperfecciones de la persona amada son, en no pocas ocasiones, ignoradas por quien ama. Tanto que llega a convertirlas incluso en virtudes. En tales ocasiones, el deseo, la atracción sexual, la intensidad y el apasionamiento idealizan el amor que se siente y empujan a cometer verdaderas locuras. El eros representaba, para los antiguos griegos, ese amor romántico exacerbado.

Sin embargo, cuando reproducimos el modelo de amor romántico se produce una excesiva idealización y sacrificio por el otro. Nuestras esperanzas de plenitud son depositadas únicamente en la persona amada. Todo empieza a girar en torno a ella, desencadenando una dependencia emocional que acaba por normalizar los celos, las inseguridades y el control como mecanismos legítimos para demostrar el amor. La fantasía del modelo romántico considera que la pasión del cuerpo siempre será continua e inagotable, provocando sentimientos de culpabilidad a la parte que un día se despierte y ya no lo tenga. Además, consta de un arraigado sufrimiento y abnegación por el otro, ya que cualquier renuncia es poca con tal de transitar hacia aquel amor verdadero y omnipotente que todo lo puede, y sobre el que no dejamos de creer que perdurará para toda la vida.

La posesión es otra de las características más comunes que lo sustentan, pero en realidad lo que no se nos explica es que, a medida que se piensa en nuestro compañero como propiedad, el vínculo se mercantiliza. Entre propiedades, hay un intercambio dominado por la lógica de la ganancia. “Te doy con la condición de recibir lo mismo como contraprestación”, convirtiendo al amor en un bien de consumo, un acuerdo comercial del que se requiere un beneficio para continuar la relación. ¿Es eso el amor?.


martes, 2 de mayo de 2023

Restauración emocional..... Alba

 


¿Alguna vez que de repente vives un día sorprendente, en el que ocurren cosas inesperadas…?

A mi sí, a veces acojo lo inesperado con alegría, otras con neutralidad o pesar.

Las cosas suceden y, aunque reaccionamos a ellas, de por sí no tienen un valor positivo o negativo. Las emociones tampoco tienen un valor a priori, aunque con mucha facilidad las categorizamos como positivas o negativas. En diversas ocasiones, he escuchado decir que detrás de nuestras emociones, las llamadas emociones negativas, se encuentra el miedo.

Esta manera de pensar está muy en consonancia con la filosofía que propugnan que existen dos emociones básicas: el miedo y el amor. Donde o vibras en el amor o vibras en el miedo. En la experiencia, que pasamos juntos el miedo me contrae, y el amor me expande (aunque a veces, da mucho miedo esto del amor…).

En alguna mirada manifestamos desequilibrio emocional cuando nuestra personalidad se aleja del mandato de nuestra alma. De esta manera, nuestros desequilibrios emocionales son una llamada de atención para que volvamos al propósito de nuestra alma. Entonces, cuando percibas que no estás vibrando en un lugar donde reina la armonía con el amor y la paz, la invitación es revisar que detonó esta emoción, para poder equilibrarla y regresar a un lugar de paz.

Sí, ya sé que a veces no es tan sencillo. Especialmente cuando estás en medio de un volcán emocional que lo ocupa todo y casi no puedes ni pensar…

A menudo, a mi se me escapa el origen de mis emociones. Cuando estoy muy sumergido en una emoción, está lo ocupa todo y me es muy difícil parar a escuchar esta incomodidad y darme el espacio para entrar en contacto con lo que detona esta emoción.

Otras veces, en cambio, soy perfectamente consciente del origen de mi emoción, pero no por ello puedo cambiarlo cuando quiero, ¿te pasa a ti también?

En estos momentos de volcán emocional, cuando se manifiesta el enfado, la tristeza, la rabia o la incomodidad, por hablarte de algunas emociones,  lo que de verdad me ayuda es cambiar de registro y subir a la montaña poniéndome en contacto con la naturaleza. Yo también sé que es así para ti,  es cuando en ese lugar aparece entonces el regalo de lo inesperado: donde la belleza de la naturaleza nos inunda y podemos volver a inspirarnos, es cuando me abro a escuchar la naturaleza, mi ánimo cambia radicalmente.

La Naturaleza nos sana. Especialmente si caminamos en ella en actitud de silencio mental y nos abrimos a su vibración, paseos en los que abrimos los cinco sentidos para obtener el bienestar que este entorno natural nos aporta.


lunes, 1 de mayo de 2023

La Desgana.... M. Moskotin

 


“Todo está en mis manos”: cómo dejar de hacerte víctima

La vida es compleja e impredecible, y el mundo es cruel. Solo queda rendirse y culpar a las circunstancias de todos los fracasos. Mucha gente vive en una posición tan pasiva. Conveniente, ¿no? Pero, ¿Cuál es el precio de esta comodidad? Un coach empresarial cuenta cómo pagamos el papel de víctima y cómo cambiar nuestro rol de vida.

SEÑALES

Si a alguno de nosotros se nos pregunta si somos víctimas, la mayoría dirá que no. En el entendimiento de la gente, esto es algo terrible y débil. Asociamos esta palabra a las crónicas criminales. La imagen que a menudo surge en la mente es alguien rodeado de tiza en el pavimento.

Pero desde el punto de vista de la psicología, la víctima es una interpretación en la que alguien o algo afectan nuestros logros, estado de ánimo y felicidad. Somos víctimas en diferentes situaciones: en las relaciones con el jefe, pareja, hijo. Una cosa los une: encontramos una razón para ofendernos y comenzamos a manipular.

Creencias

¿Qué cree la víctima? Por lo general, tiene seis creencias. Echemos un vistazo a cada uno.

1.     "La fuente del problema está en la otra persona". Alguien sin razón fue grosero con la víctima, la ofendió.

2.     "Las circunstancias están por encima de nosotros". Así se desarrolló la vida, no había otra salida a la situación. La víctima se ve obligada a ir a estudiar a este instituto o pasar las tardes en un trabajo que no le gusta.

3.     "Nada se puede cambiar, no hay otra opción". Lema: "Yo no soy así, la vida es así".

4.     “Somos solo una consecuencia, no una causa de lo que está sucediendo en la vida”. Alguien más siempre influye en la vida, nuestra elección o actitud.

5.     "Nada depende de nosotros". Frase favorita: "Más allá, nada depende de mí". El destino está en el poder de otras personas o eventos.

6.     "El foco está siempre en el pasado". El sacrificio se concentra en el desayuno que la esposa no preparó, en las flores que el esposo no entregó. Todo el día no puede olvidar al conductor que no pasó en una intersección peatonal.

CONSECUENCIAS

Positivo

Leer y comprender la frase: "Siempre ganamos el juego que jugamos". Vuelve a leerlo tantas veces como sea necesario antes de seguir leyendo. Cuando elegimos ser la víctima o culpar a alguien más por el fracaso, lo hacemos porque nos beneficia mucho. Una persona siempre hace lo que trae bonificaciones, simplemente son diferentes. Veamos algunas razones por las que vale la pena ser una víctima.

1.     Atención: las personas escuchan atentamente y empatizan. A veces incluso puedes conseguir algo material. Sucede que, por ejemplo, perdonar deudas.

2.     La capacidad de no cambiar nada en la vida. "Si todo depende del vecino en el hueco de la escalera, ¿Qué puedo hacer?"

3.     El derecho a soltar y dejar de controlar las emociones. Una mujer puede llorar, un hombre puede luchar.

Negativo

Pero donde hay beneficio, siempre hay un precio. Hay un precio a pagar por ser una víctima. A continuación se muestra una breve lista de precios. Tiene solo dos monedas, pero las más caras son la felicidad y la salud. Al elegir esta posición, pagamos con la felicidad que podríamos obtener de las relaciones sólidas, la comunicación con los familiares. La mayoría de las enfermedades son  psicosomáticas, sus causas son el resentimiento. Justo lo que constituye la principal "riqueza" de la víctima.

QUÉ HACER

Ahora que nos hemos ocupado de las creencias y los beneficios, consideremos si hay una forma diferente de ver las cosas. La respuesta es sí.

1. Mirar lo que está pasando desde la posición de autoría

Si es necesario, repite el mantra todos los días: "Todo depende de mí, puedo manejar cualquier circunstancia y cualquier situación".

2. Hazte preguntas

·        "¿Dónde está mi foco de atención: en el pasado o en el futuro?"

·        "¿Cuál es mi objetivo?"

·        “¿Qué quiero construir en esta relación?”

3. Identifica todos los pros y los contras del puesto

Si miras a tu alrededor, la mayoría de la gente elige la interpretación de víctima. Incluso si eres uno de ellos, existe la oportunidad de cambiarlo todo. Coge una hoja de papel y en la parte superior escribe las situaciones en las que eliges el papel de víctima:

·        En la columna de la izquierda, indique el beneficio que recibe, todas las ventajas,

·       En la columna de la derecha,  define todo con lo que pagas.

Piensa en lo que es más valioso para ti.

No es fácil cambiar el comportamiento habitual, rechazar una posición en la que simpatizas. Cada vez que sienta la necesidad de culpar a la mala suerte o a un colega astuto por sus fracasos, eche un vistazo a la columna de la derecha. Quizás admitir sus propios errores y comenzar a trabajar en ellos no sea tan difícil y ciertamente más barato que pagar el tratamiento y restaurar las relaciones con sus seres queridos.