“Todo
está en mis manos”: cómo dejar de hacerte víctima
La vida es compleja e impredecible, y el mundo es
cruel. Solo queda rendirse y culpar a las circunstancias de todos los
fracasos. Mucha gente vive en una posición tan pasiva. Conveniente,
¿no? Pero, ¿Cuál es el precio de esta comodidad? Un coach empresarial
cuenta cómo pagamos el papel de víctima y cómo cambiar nuestro rol de vida.
SEÑALES
Si a alguno de nosotros se nos pregunta si somos víctimas,
la mayoría dirá que no. En el entendimiento de la gente, esto es algo
terrible y débil. Asociamos esta palabra a las crónicas
criminales. La imagen que a menudo surge en la mente es alguien rodeado de
tiza en el pavimento.
Pero desde el punto de vista de la psicología, la
víctima es una interpretación en la que alguien o algo afectan nuestros logros,
estado de ánimo y felicidad. Somos víctimas en diferentes situaciones: en
las relaciones con el jefe, pareja, hijo. Una cosa los une: encontramos
una razón para ofendernos y comenzamos a manipular.
Creencias
¿Qué cree la víctima? Por lo general, tiene seis
creencias. Echemos un vistazo a cada uno.
1. "La fuente del
problema está en la otra persona". Alguien sin razón fue grosero con
la víctima, la ofendió.
2. "Las
circunstancias están por encima de nosotros". Así se desarrolló la
vida, no había otra salida a la situación. La víctima se ve obligada a ir
a estudiar a este instituto o pasar las tardes en un trabajo que no le gusta.
3. "Nada se puede
cambiar, no hay otra opción". Lema: "Yo no soy así, la vida es
así".
4. “Somos solo una
consecuencia, no una causa de lo que está sucediendo en la vida”. Alguien
más siempre influye en la vida, nuestra elección o actitud.
5. "Nada depende de
nosotros". Frase favorita: "Más allá, nada depende de
mí". El destino está en el poder de otras personas o eventos.
6. "El foco está
siempre en el pasado". El sacrificio se concentra en el desayuno que
la esposa no preparó, en las flores que el esposo no entregó. Todo el día
no puede olvidar al conductor que no pasó en una intersección peatonal.
CONSECUENCIAS
Positivo
Leer y comprender la frase: "Siempre ganamos el
juego que jugamos". Vuelve a leerlo tantas veces como sea necesario
antes de seguir leyendo. Cuando elegimos ser la víctima o culpar a alguien
más por el fracaso, lo hacemos porque nos beneficia mucho. Una persona
siempre hace lo que trae bonificaciones, simplemente son
diferentes. Veamos algunas razones por las que vale la pena ser una
víctima.
1. Atención: las
personas escuchan atentamente y empatizan. A veces incluso puedes
conseguir algo material. Sucede que, por ejemplo, perdonar deudas.
2. La capacidad de no
cambiar nada en la vida. "Si todo depende del vecino en el hueco de
la escalera, ¿Qué puedo hacer?"
3. El derecho a soltar y
dejar de controlar las emociones. Una mujer puede llorar, un hombre puede
luchar.
Negativo
Pero donde hay beneficio, siempre hay un
precio. Hay un precio a pagar por ser una víctima. A continuación se
muestra una breve lista de precios. Tiene solo dos monedas, pero las más
caras son la felicidad y la salud. Al elegir esta posición, pagamos con la
felicidad que podríamos obtener de las relaciones sólidas, la comunicación con
los familiares. La mayoría de las enfermedades son psicosomáticas,
sus causas son el resentimiento. Justo lo que constituye la principal
"riqueza" de la víctima.
QUÉ HACER
Ahora que nos hemos ocupado de las creencias y los
beneficios, consideremos si hay una forma diferente de ver las cosas. La
respuesta es sí.
1. Mirar lo que está pasando desde la posición de
autoría
Si es necesario, repite el mantra todos los días:
"Todo depende de mí, puedo manejar cualquier circunstancia y cualquier
situación".
2. Hazte preguntas
· "¿Dónde
está mi foco de atención: en el pasado o en el futuro?"
· "¿Cuál
es mi objetivo?"
· “¿Qué
quiero construir en esta relación?”
3. Identifica todos los pros y los contras del puesto
Si miras a tu alrededor, la mayoría de la gente elige
la interpretación de víctima. Incluso si eres uno de ellos, existe la
oportunidad de cambiarlo todo. Coge una hoja de papel y en la parte
superior escribe las situaciones en las que eliges el papel de víctima:
· En la
columna de la izquierda, indique el beneficio que recibe, todas las
ventajas,
· En la
columna de la derecha, define todo con lo que pagas.
Piensa en lo que es más valioso para ti.
No es fácil cambiar el comportamiento habitual,
rechazar una posición en la que simpatizas. Cada vez que sienta la
necesidad de culpar a la mala suerte o a un colega astuto por sus fracasos,
eche un vistazo a la columna de la derecha. Quizás admitir sus propios
errores y comenzar a trabajar en ellos no sea tan difícil y ciertamente más
barato que pagar el tratamiento y restaurar las relaciones con sus seres
queridos.
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