REFERENCIA APICE

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lunes, 1 de mayo de 2023

La Desgana.... M. Moskotin

 


“Todo está en mis manos”: cómo dejar de hacerte víctima

La vida es compleja e impredecible, y el mundo es cruel. Solo queda rendirse y culpar a las circunstancias de todos los fracasos. Mucha gente vive en una posición tan pasiva. Conveniente, ¿no? Pero, ¿Cuál es el precio de esta comodidad? Un coach empresarial cuenta cómo pagamos el papel de víctima y cómo cambiar nuestro rol de vida.

SEÑALES

Si a alguno de nosotros se nos pregunta si somos víctimas, la mayoría dirá que no. En el entendimiento de la gente, esto es algo terrible y débil. Asociamos esta palabra a las crónicas criminales. La imagen que a menudo surge en la mente es alguien rodeado de tiza en el pavimento.

Pero desde el punto de vista de la psicología, la víctima es una interpretación en la que alguien o algo afectan nuestros logros, estado de ánimo y felicidad. Somos víctimas en diferentes situaciones: en las relaciones con el jefe, pareja, hijo. Una cosa los une: encontramos una razón para ofendernos y comenzamos a manipular.

Creencias

¿Qué cree la víctima? Por lo general, tiene seis creencias. Echemos un vistazo a cada uno.

1.     "La fuente del problema está en la otra persona". Alguien sin razón fue grosero con la víctima, la ofendió.

2.     "Las circunstancias están por encima de nosotros". Así se desarrolló la vida, no había otra salida a la situación. La víctima se ve obligada a ir a estudiar a este instituto o pasar las tardes en un trabajo que no le gusta.

3.     "Nada se puede cambiar, no hay otra opción". Lema: "Yo no soy así, la vida es así".

4.     “Somos solo una consecuencia, no una causa de lo que está sucediendo en la vida”. Alguien más siempre influye en la vida, nuestra elección o actitud.

5.     "Nada depende de nosotros". Frase favorita: "Más allá, nada depende de mí". El destino está en el poder de otras personas o eventos.

6.     "El foco está siempre en el pasado". El sacrificio se concentra en el desayuno que la esposa no preparó, en las flores que el esposo no entregó. Todo el día no puede olvidar al conductor que no pasó en una intersección peatonal.

CONSECUENCIAS

Positivo

Leer y comprender la frase: "Siempre ganamos el juego que jugamos". Vuelve a leerlo tantas veces como sea necesario antes de seguir leyendo. Cuando elegimos ser la víctima o culpar a alguien más por el fracaso, lo hacemos porque nos beneficia mucho. Una persona siempre hace lo que trae bonificaciones, simplemente son diferentes. Veamos algunas razones por las que vale la pena ser una víctima.

1.     Atención: las personas escuchan atentamente y empatizan. A veces incluso puedes conseguir algo material. Sucede que, por ejemplo, perdonar deudas.

2.     La capacidad de no cambiar nada en la vida. "Si todo depende del vecino en el hueco de la escalera, ¿Qué puedo hacer?"

3.     El derecho a soltar y dejar de controlar las emociones. Una mujer puede llorar, un hombre puede luchar.

Negativo

Pero donde hay beneficio, siempre hay un precio. Hay un precio a pagar por ser una víctima. A continuación se muestra una breve lista de precios. Tiene solo dos monedas, pero las más caras son la felicidad y la salud. Al elegir esta posición, pagamos con la felicidad que podríamos obtener de las relaciones sólidas, la comunicación con los familiares. La mayoría de las enfermedades son  psicosomáticas, sus causas son el resentimiento. Justo lo que constituye la principal "riqueza" de la víctima.

QUÉ HACER

Ahora que nos hemos ocupado de las creencias y los beneficios, consideremos si hay una forma diferente de ver las cosas. La respuesta es sí.

1. Mirar lo que está pasando desde la posición de autoría

Si es necesario, repite el mantra todos los días: "Todo depende de mí, puedo manejar cualquier circunstancia y cualquier situación".

2. Hazte preguntas

·        "¿Dónde está mi foco de atención: en el pasado o en el futuro?"

·        "¿Cuál es mi objetivo?"

·        “¿Qué quiero construir en esta relación?”

3. Identifica todos los pros y los contras del puesto

Si miras a tu alrededor, la mayoría de la gente elige la interpretación de víctima. Incluso si eres uno de ellos, existe la oportunidad de cambiarlo todo. Coge una hoja de papel y en la parte superior escribe las situaciones en las que eliges el papel de víctima:

·        En la columna de la izquierda, indique el beneficio que recibe, todas las ventajas,

·       En la columna de la derecha,  define todo con lo que pagas.

Piensa en lo que es más valioso para ti.

No es fácil cambiar el comportamiento habitual, rechazar una posición en la que simpatizas. Cada vez que sienta la necesidad de culpar a la mala suerte o a un colega astuto por sus fracasos, eche un vistazo a la columna de la derecha. Quizás admitir sus propios errores y comenzar a trabajar en ellos no sea tan difícil y ciertamente más barato que pagar el tratamiento y restaurar las relaciones con sus seres queridos.

 


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