A que no me dejas
Normalmente las personas que tienden a confiar en sus propios
instintos o su intuición, se piensa que son menos propensas a ser infieles, tal
vez, la explicación resida porque se reflexiona sobre recuerdos o un momento
preciso en el que se han comportado de una manera inmoral. En ocasiones puede
ser debido a que las personas tratamos de compensar el mal comportamiento del
pasado, intentando actuar moralmente en el presente, y habitualmente esta
tendencia se sostiene al tratar de compensar las acciones pasadas, y estas
circunstancias puede ser especialmente pronunciadas entre las personas que
confían en la intuición.
Estas situaciones de tener corazonadas, existen porque son sensaciones
internas, y además resultan consecuencias externas de la sobre activación. En determinados
momentos que consideremos de alarma tendemos a estar más susceptibles, y a reaccionar con una gran labilidad emocional,
podemos llorar o gritar con facilidad, o incluso tendemos a comunicamos peor, incluso
nos evadimos o distraemos. Esa forma de comportarse es lo que podríamos
denominar estrés feo o exoestrés, porque suele afectar a las personas que queremos
y las aleja de nosotros. Y resulta feo
en el sentido de que después nos solemos avergonzar de nuestros actos.
Decidir el estilo de afrontamiento dependerá de cada persona según
lo impulsiva que tienden a ser, las mas intentaran resolver todos los problemas
inmediatamente, procurando restablecer las riendas de la situación. En
ocasiones sienten que tienen que hacer algo, y lo ejecutan aunque no sea lo que
hay que hacer.
Estas circunstancias de comportamiento humano son las que la
empresa Humai, desde su página web asegura que está utilizando y nutriendo en la
inteligencia artificial y la nanotecnología para almacenar datos de diferentes
tipos de diálogos, patrones de comportamiento, con procesos de pensamiento e
información acerca de cómo funciona nuestro cuerpo. Cuyos datos se codifican en
múltiples tecnologías de sensores, que serán integrados en un cuerpo artificial
con el cerebro de un ser humano fallecido, es decir el cerebro humano se congelará para luego implantarlo en un
cuerpo artificial que controlará el mismo mediante la medición de ondas
cerebrales. Y sin más, a pesar de los
obstáculos éticos, científicos, económicos y tecnológicos predicen que podrán
resucitar el primer ser biónico-humano dentro de 30 años; Procurando intentar
hacer de la muerte algo opcional, sin menos cabo del olvido, la creatividad y el tiempo de
las emociones humanas.
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