Oleo de PatiDuque
Elevación estética
El arte necesita en su representación, no solo de la concepción
completa del universo, sino también del
desarrollo de una acción, para poderle dar un carácter a la obra, que será lo
que con que mayor interés se pretenderá comunicar, es decir la determinación
del ideal en la verdadera superioridad de la estética.
Si las formas geométricas resultan inertes, puede que se hagan igual de
confusas, que mezclándose, o desviando sus líneas, también lograran perder su
pureza; así mismo si su acción mecánica procura una lucha entre sí, las formas
se contrarían y el proceso dinámico tan solo ofrecería puntos de inflexibilidad
determinantes.
Las plantas resultan, a la verdad, bellas casi todas, sin exceptuar las
virtuales, siendo una preocupación el creer que anuncian sus formas las
cualidades que poseen. Para mantener la belleza eterna, inherente a la planta habría teóricamente que
exceptuarlas de la marchitez y su decaimiento, y así poder separarlas de la destrucción y de
la muerte.
Pero en el reino vegetal, exceptivamente podrán presentarse con cierta
belleza estereométrica, llegando a poder estar mutiladas, o bien pueden ajarse,
marchitarse, desfigurarse, pero son todas bellas según su propia idea, tan solo
mantienen cierta deformidad con algún rasgo cómico, resultando figuras fantásticas,
cuyos aspectos han sido sutilmente suavizados.
Para elevar el arte, este debe estar convenientemente agrupado y
sometido en el conjunto a las leyes de la armonía y simetría que infringe en
sus propias formas.
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