REFERENCIA APICE

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jueves, 11 de octubre de 2018

Límites ..... Change The World


Han sido estragados y dañados los sentimientos por los odios, y quebrantadas las convicciones por la misma contradicción; así que terminan oscureciéndose, si no borrados los justos ideales humanos por ideales utópicos, y siendo también impracticable, cuando no impedida, cualquier sagacidad de los políticos por las travesuras de los intrigantes, que terminan extirpando la verdadera popularidad por otras artificiales y con nuevos repentinos clamoreos; resultando por todo ello, que todos los partidos tienen puntos débiles en sus principios y también en su conducta, y ofrecen todos ellos, abundante materia para la impugnación y diferentes motivos de una severa critica.

La critica política contemporánea sigue siendo injusta por regla general, incurre en el error vulgar de no creerse destinada mas que a censurar reprobando,  no a examinar para corregir, sino para desechar, destruir y no a edificar y no a favorecer ningún desenvolvimiento de doctrinas  y de aspiraciones, a no buscar por doquier, mas que principios falsos o consecuencias ilegitimas, a no hacer mas que resaltar lo defectuoso y lo erróneo, a no considerar mas que el lado oscuro de las cosas y la parte flaca de los hombres, a no presentar mas que las trascendencias lógicas y las limitaciones practicas del mal, imponiéndose y oponiéndose absolutamente a las limitaciones practicas y las trascendencias lógicas del bien.

Otra característica típica, es la timidez en abordar las cuestiones fundamentales, esa misma critica tan audaz y tan empeñada en agrandar las diferencias y en atizar las discordias, rehúye siempre con cuidadoso esmero del examen, entrevista, de los motivos fundamentales de las discordias y de las diferencias, y cuando no logra eludirlo por completo, lo hace todo lo mas somera y reservadamente que le sea posible.

Es difícil, pero es necesario rehabilitar la razón, declarando y desembrollando la misma de todas las parcialidades políticas, oscurecidas por numerosas sinrazones, es preciso acabar con el espectáculo escandaloso bajo un aspecto y ridículo en otro.

Ese continuo escandalo de la intolerancia y de la intransigencia, y con el ridículo de lo ininteligible y  de la inconexión en asuntos de que descartados los odios y las exageraciones de partido, son naturales la tolerancia y la avenencia, y fáciles y aun necesarios la inteligencia y el acuerdo.



La conveniencia misma de la humanidad y el bienestar publico lo exige. 


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