Escapar del Tiempo
Hemos de entender, que resulta
propio poseer unos amplios conocimientos, junto con una base política y filosófica,
previamente conjugada por personas, para que sean las bases mínimas que se aprecien
y se precisen para formar una asociación política, o un partido en la
actualidad, con independencia de que estos requisitos sirvan para aumentar los
males que intentan remediar.
El acierto y la
continuidad de algunos de los partidos, en el tiempo, es que se forman por las
cosas y las circunstancias, escogiendo meramente a los representantes políticos,
para que se ajusten a una fiel interpretación de lo que desean oír muchas
personas.
Aunque sin
coincidencia, en algunas de las manifestaciones de interpretación, cuando sus
bases son flojas o extemporáneas, hiperactivamente procuran mantener un carácter
levantisco, ejercido de forma reincidente, procurando acechar, a las personas y
sus derechos, resultando objeto de sus menciones, acerca de cuantos asuntos les
parezcan convenientes.
Los perseguidos, a su
vez, se suelen mostrar dóciles, ante estas impertinencias, porque la mayor
parte de las veces, les seduce ignorar los enfrentamientos inútiles y procurar el
brillo de la educación, como valor eterno de notoriedad, de sus principios.
El error en la
actualidad, es pensar que los partidos, simplemente se inventan y se crean, siendo
esta una vieja interpretación fusionista, que avala alguna aventura de temporalidad
constituida, y que interpreta la validez, que los partidos se forman á priori,
o porque se quieren formar; y no pronostican, observan, ni contemplan que
pudiera ser, sino á posteriori, o dando forma a lo que ya existe, al menos como
circunstancia algo caótica en periodos constituyentes.
Detesto, si soy testigo, de los defectos que genera la
lucha por un majestuoso cargo.
Las personas no discuten contenidos, no, apenas los
títulos.
Y mi tiempo es escaso como para discutir títulos.
Quiero la esencia, mi alma tiene prisa...
Mario de Andrade
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