Costumbres íntimas
En todos los momentos
de la vida, puede que nuestro más vivo deseo, sea conocerse así mismo y al mismo tiempo conocer, nuestro
amor al prójimo, para seguir admirando.
Admirarle en su propia
naturaleza y bajo un orden físico e intelectual.
Intentando ser digno, de
descifrar los difíciles problemas, que con resolución de las infinitas
cuestiones, y con las muestras de nuestras mayores perfecciones y pensamientos,
optaremos a obtener la felicidad y el
bienestar.
Para nosotros, pues, es
interesantísima la comprensión, de esta parte de las relaciones que nos unen,
donde nos enseñan la forma y caracteres de los instintos, de las aficiones, las
afecciones, los sentimientos, los deseos, las pasiones, los vicios, y las
virtudes.
Por indistintos caminos,
se ha pretendido llegar siempre, a la perfección de este conocimiento, sin
olvidar los diferentes momentos, de su existencia, sin olvidar su origen, su
naturaleza, su fin y objeto.
Nuestro conjunto de
ideas, y de determinaciones, de las cuales, al tiempo de su realización, casi
siempre desconocemos su causa, aun así,podemos definir que nacen de deseos o
necesidades, ya verdaderas, ya ficticias.
Donde todas ellas, se
rebelaran como hechos, que ajustados a principios determinados, darán las
clasificaciones de los efectos naturales, sociales o intelectuales.
Y se referirán, a los
instintos de conservación individual, a los deseos de sociabilidad y justicia,
al amor de lo verdadero, de lo digno, de lo bueno, de lo duradero.
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