Ética & Economía
Siempre ha existido un
juego de culpa, e interpretación, mediante el cual hacemos, al hombre
responsable de todos sus actos, tanto morales como económicos, si estos son, o bien,
han parecido, libremente practicados, y desde ese punto de vista, la ética no
se diferenciara de la economía.
Dado que, como decía López
de Ayala:
La culpa engendra la
pena,
pena que nadie detiene;
solo quien honra no
tiene
puede jugar con la
ajena.
Ahora bien, esta
significación de la libertad humana, es decir, el resultado fatal e ineludible
de nuestros actos, es lo que se pretende denominar como responsabilidad.
La responsabilidad, se
revela en el orden moral, por la satisfacción, o remordimiento de conciencia, y
en el orden económico, por la riqueza ó la miseria.
En la Ética, aprendemos
que toda actividad moral es libre y responsable, haciéndonos ver, que en la
actividad económica, también debería de serlo, dado que la libertad, o el libre
albedrio, es la facultad que el hombre posee, no solo de hacer, sino también de
querer, el bien ó el mal, es decir, en determinarse a obrar, en el sentido que
su razón dice, ya sea contrario o conforme al fin moral, que es el bien total y
absoluto.
La economía persigue
alternativamente, á veces sin saberlo, y en la mayoría de las veces con plena,
aunque errónea conciencia, la siguiente expresión: veo lo mejor, lo apruebo o
lo reconozco como tal y hago, sin embargo, lo peor.
Pero los actos, en el
universo, tienen la virtud, de que toda actividad humana, depende de una causa
y que en ella, se produce la relación de causa á efecto, de un modo total absoluto, y en efecto, de un modo esencial o
permanente, todo en virtud de nuestra naturaleza armónica, donde nadie se atrevería
a proclamar la superioridad de los bienes económicos sobre los bienes morales.
Procurando subordinar y
hacer de los principios económicos al servicio del mal, dejándolos a merced de
los propósitos más irracionales, y no se anteponga los goces que proporciona la
riqueza, a la práctica de la virtud, de la piedad y de la justicia.
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