Alma en los labios
El concepto general del
amor, aunque siempre, ha resultado una palabra muy utilizada, y que solemos
simbolizar estúpidamente, es propio que suela generar argumentos en su defensa,
fáciles de imaginar y que se pueden recoger de unas y otras conservaciones.
Y aunque parezca
mentira, con la palabra asociada al amor, las leyes nos mandan querer. También
nos fuerzan, a observar la conducta del que ama, dado que nadie está seguro de infidelidades
o de entusiasmos, dada la volubilidad del corazón humano.
Así que con esos caprichos,
dados por razones, pueden demostrar cómo podemos estar lo peor posible, si
contrariamos en nombre de la moral, a todo nuestro ser, donde tan solo nos dispondrá
vencerla, a costa de tortura o hacer caso omiso a la moral.
La pareja puede ser,
con toda formalidad, y sin contradicción, el único compromiso potente para
vencer en la vida, pero para ello hay que tener el alma en los labios, que nos
procuren estar por encima de celos, religiones, virtudes y demás detalles que
puedan amargar nuestras vidas, sustituyendo la volubilidad del corazón por un
persistente y vivo anhelo de preferencia.
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