Los recuerdos conductuales
Desde que existe la
sociedad, siempre la humanidad ha estado pendiente, en cuanto a su progreso, de
los médicos, los pedagogos, y de las dos higienes necesarias, la anímica y la corporal.
Durante décadas, se ha
venido entendiendo, que la conciencia, era la que tenía algo de clarividencia,
entre lo bueno y lo malo, aunque normalmente, indica lo preferible, y el libre albedrio,
permite obrar libremente. Pero la conciencia es algo, que varía, según los hábitos
de cada época, de cada sociedad y de cada medio que se vive.
Uno puede aprender y
convencerse, de que la virtud sobrenatural de la conciencia, se atrofia en
muchas ocasiones, y en otras sufre aberraciones tan lamentables, que llama a lo
malo, bueno y viceversa. Y en otros momentos, por efecto del histerismo, llega a
ser tan rigurosa, que ve motivo de remordimiento, por cualquier puerilidad
inocente.
Lo práctico, es
atenerse, a lo que la inteligencia nos aconseje, pues aunque, también se
equivoque, es la que menos. También consideraremos, que tenemos determinadas tendencias, que
provienen de la costumbre y que la inercia, de nuestro sistema nervioso, las
convierte en un hábito automático e inconsciente, que podremos denominar instintivo.
Y siempre a considerar,
que en toda evolución, los instintos, aunque puedan tomar aspectos diferentes, según
el resto de la existencia, se dan y se
repiten, con variantes de situaciones análogas, y en el indistinto transcurso
de época en época.
A veces, nuestra falta de orientación, es lo mas conveniente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario