El cacique del castillo
En estos tiempos, como en cualquier otro reciente, lo que impera enérgicamente
es la hidrofobia del poder. Así que asignar y definir, ser candidato como un
castillo, significa que esta, se halla santificada, así como también, toda clase
de medios y procedimientos, que se utilizan para satisfacer y alimentarla, habiéndose
producido estos y aquella la desaparición del pudor político, la degradación de
caracteres, la servil adulación y la propensión a la servidumbre.
Procurar, el rebajamiento de la sociedad, implica conseguir y producir
el personalismo. Y este contribuye habitualmente a perturbar la sociedad, en
líneas generales, no crea caracteres y se perjudica mucho a sí mismo. Dado que
el personalismo, consigue aislarse, de todo lo que es serio y digno, y únicamente
se encuentra rodeado de servidumbre.
En ocasiones, resulta incomprensible como los hombres, que reúnen gran
talento e instrucción, que poseen condiciones de carácter, e inspiran confianza
y simpatía, no se aprovechan, de todas esas brillantes y poderosas cualidades,
para imponerse licita, sólida y honradamente a los demás, y en vez de esto,
apelen a exigencias medios y procedimientos deshonrosos, con los cuales jamás logran
ver realizado su único pensamiento, salvo su propio enriquecimiento.
El personalismo, padece el funesto error, de querer medir con un mínimo
rasero a todos, pretendiendo, nivelar todas las condiciones de carácter. El
personalismo, concluye siempre por suicidarse. Ese personalismo que no mira, por
el bien común y está lleno de desinterés, es el caciquismo perturbador y
destructor.
La debilidad de carácter, de los Gobiernos, pueden abdicar el poder, a
los caciquismos, y estos pueden implicar, el deseo vehemente de perpetuarse en
el poder; llegando también, la impaciencia febril, por adquirir este por las vías
ilegales, o el continuo e insensato pensamiento y sorteo de confeccionar las mayorías de
las cámaras, procuran que el caciquismo sea el mayor enemigo que tienen los
intereses del estado y el ejército, ya que el principal pensamiento del
caciquismo es multiplicar sus intereses particulares.
Siempre el mismo error de dominio, para vivir, no se precisa armas,
muros, ni castillos.
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