El desafío espacial en la luna.
Una de la aspiración
constante, de la inteligencia del ser humano, es conocer y ensanchar la esfera
de nuestros conocimientos, saber de los fenómenos realizados en el tiempo y en
el espacio, llegar a descifrar sus causas y estar en posesión de las reglas,
para adquirir las verdades.
Pero la ciencia difiere
por su origen, por su fin, y por el espíritu que cultiva; donde los sabios, como
espíritus educados, tienden también a satisfacer el origen natural del
conocimiento, aspirando a sustraerse de toda influencia extraña.
Es propio asimilar, que
los primeros alojamientos en el satélite luna, deberán ser previamente
construidas en la tierra y posteriormente trasportadas a la luna, proveyendo el
sostén y la utilización previa de las mismas frente a la adversidad existente.
También es preciso
considerar, que las condiciones inhóspitas y extremas existentes, en el satelite lunar, dado que se estima que comprenden un periodo de rotación de 28 días, donde
en su horizonte se producen dos semanas de resplandeciente luz solar, seguidas
de otras dos de absoluta oscuridad. Las temperaturas durante el día pueden alcanzar
los 130º C y las nocturnas pueden registrar -247ºC.
Otras circunstancias a
tener en cuenta, es la carencia de atmosfera protectora, frente a la radiación cósmica
dañina, haciendo inseguro el impacto de micrometeoritos que se estrellaran
sobre las superficies a gran velocidad.
Desear realizar un
alojamiento, asentamiento espacial o base, debería considerar estas
circunstancias, que implicarían que en la ejecución o construcción de estos
edificios, las paredes deberían ser suficientemente gruesas para impedir que la
radiación entre, y ser suficientemente resistentes para soportar la diferente de
presiones exteriores e interiores, así como de los impactos que se produzcan.
Hasta la fecha, se
intenta estudiar los materiales que podrían utilizar, imitando el agregado, a los
que en su momento fueron extraídos, se ha realizado un estudio donde se explora
una alternativa al hormigón hidráulico reemplazando la mezcla de encuadernación
del hormigón (cemento y agua) por azufre. El azufre es un elemento activo, que se combina directamente con la mayor parte de los elementos conocidos.
El azufre es un
elemento volátil en la superficie lunar, que se puede extraer de los suelos
lunares calentando.
El propósito del estudio,
resulto preparar mezclas de hormigón de azufre para investigar el efecto de
condiciones ambientales extremas, como el impacto y la radiación espacial en
las propiedades del hormigón de azufre.
En este, se llevó a cabo
una prueba de impacto de hipervelocidad, teniendo como objetivo pequeñas
muestras de hormigón de azufre.
Las muestras de
concreto lunar se han preparado utilizando el simulante lunar JSC-1, producido
por el Centro Espacial Johnson, como adición agregada. Donde también hemos de
manifestar, que la caliza en principio no se conoce, dada la inexistencia en la superficie
lunar.
Los resultados previos, en los rendimientos del hormigón de azufre lunar, para ambientes lunares, se ha
observado que exhibe mejores resistencias a la compresión que el hormigón de
cemento Portland. También se induce que el modelo de hipervelocidad, predice el
tamaño del cráter que produce la prueba experimental, en los definidos
regolitos o bloques macizos. Y se ha observado que la adición de una pequeña
cantidad de polietileno parece disminuir la dosis de radiación.
La esperada
supervivencia, de una futura colonia, dependerá del acceso a una fuente
confiable de energía, para ello siempre será preciso lograr almacenar calor y proporcionar
electricidad para poder liberar, con la intención de mantener el equipo robótico
lo suficientemente estable y caliente para funcionar durante los largos
periodos de frio y oscuridad.
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