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sábado, 14 de noviembre de 2020

Cuando la normalidad sea futuro......Tormenta


Cuando la normalidad sea futuro

El equivalente económico de la libertad individual, como saben, es la propiedad privada. En una perspectiva mundial, desde el punto de vista del desarrollo futuro, observaremos aumentar la importancia de la propiedad. 

Siempre ha existido el estudio del futuro, con su propio conjunto de temas: filosofías, invenciones, economía, y políticas del futuro. Ahora para querer obtener una imagen del futuro estaría basada en el desarrollo tecnológico y económico.

Mirando hacia el desarrollo territorial y urbanismo, acogiendo los principios de: sostenibilidad, multifuncionalidad, espacios públicos, implicación, comunidades, y resiliencia. En realidad no es más que un barniz basado en la idea de la unidad de la ciudad sin superponerse como objeto territorial físico y la ciudad como sociedad. 

Ahora los principios en desarrollo urbano, rural y reto demográfico, trabajan en el paradigma del futuro como presente extendido, donde en entidades y en la metrópolis toda las situación cambia todos los días, pero nada cambia. 

Se empieza a estimar que una ciudad sana ahora se considera compacta, con fronteras fijas, y si crece, significa que está enferma y con algo que no es del todo decente.

El concepto de crecimiento como bien en el desarrollo territorial del futuro, es una consecuencia de la idea de progreso. Anteriormente, este no era el caso, incluso Aristóteles no creía que la economía debería crecer por alguna razón, y después de él toda la Edad Media lo creía. 

Pero pensemos que el crecimiento es necesario, porque hoy, entre la gente decente, se acostumbra pensar que el progreso es bueno. Las pruebas podrían ser que vivimos más tiempo, el crimen ha disminuido, la educación hasta la fecha ha aumentado, las mujeres han ganado derechos, los ricos han perdido privilegios, y parece que todo terminaba con la satisfacción de todos.

A contra punto, la asociación del Banco Mundial integrada por 189 países, hace estimaciones sobre el desarrollo urbano en el mundo, en que expresa que más del 50% de la población vive en zonas urbanas. Y adivina para el año 2045 un aumento de 1,5 veces, pudiendo la población llegar a 6000 millones de personas.

En esta situación estaríamos hablando de casi el 90% de la población mundial serian habitantes urbanos y, por lo tanto, se debería actuar con rapidez para intentar planificar el crecimiento del futuro, de los asentamientos dado que parece querer estar ubicado de alguna manera en las ciudades, y del desarrollo del sector primario agrícola y ganadero.

Porque tal vez la base para pensar en el futuro de la humanidad es seguir considerando la reducción de las carencias. En el pasado, la humanidad sufrió principalmente por la falta de alimentos, salud y seguridad; y estas anomalías ahora se han reducido sustancialmente.

Hoy mueren más personas por comer en exceso que por hambre; las guerras clásicas parecen ser cosa del pasado, parecen sustituirse por biológicas. Esto no significa que las necesidades básicas de las personas estén satisfechas y cubiertas, significa que ya no son los mismos motivos para prevenir y seguir adelante. El desarrollo de la humanidad con otros diferentes desafíos está en la agenda, y ese es el problema.

De momento los alimentos en la ciudad no escasean, pero no se puede decir lo mismo de los alimentos saludables y seguros. Lo principal es que la ciudad es un lugar que precisa de una ingeniería dialógica, dado un cronotopo agudamente deficiente; hay una terrible falta de espacio en la ciudad, de ahí las demoliciones, renovaciones, con la expansión de fronteras, y se produce simultáneamente una terrible falta de tiempo, ya que se requiere cada vez más para superar el espacio. 

En realidad, todas las reflexiones sobre el futuro en el desarrollo de la ciudad, rascacielos, calles multinivel, nuevos sistemas de transporte, nuevos sistemas de vivienda + trabajo + ocio, con minimización de movimientos, todo ello tiene como objetivo suplir las carencias. 

Entonces, podemos decir que si el mundo continúa desarrollándose en condiciones donde carece de escasez, así mismo es decir que la ciudad y el mundo se desarrollan en diferentes direcciones, dado que tienen diferentes perspectivas y diferentes problemas. Aunque pueda sonar bastante absurdo, pero no lo es. Valdría la pena al menos considerar e identificar los puntos de divergencia.

A veces pensamos que es correcto si la economía crece alrededor del 3% anual. Si es menos, de alguna manera nos preocupamos por el espectro del estancamiento, si es más por la especulación, pero un valor de tres, esto se considera como lo que se necesita. Nos dará un aumento en los ingresos del 3% anual, la inflación en el mismo 3%, la tasa de interés más o menos igual, donde todo se precisa ajustar con mucha precisión para un crecimiento sin romper el techo.

Pero si una ciudad crece por encima de un 3%, puede llegar a considerarse como un derroche de recursos, una consecuencia del populismo político y un desastre moral. 

Aunque en la ciudad todo es diferente, algunas personas de la sociedad, con convicciones en seguimiento de totalitarismos tal vez, no está en contra del progreso en general, pero se opone tajantemente a enfrentarlo, sin darse cuenta que la principal tendencia en el desarrollo progresivo del mundo es un aumento de la libertad.

 


 

 


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