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domingo, 15 de noviembre de 2020

Ensoñación de Celaá...profundo sentimiento


Ensoñación de Celaá

Este gobierno intenta artificialmente mantenerse con una continua alteración del presente, dado que como también existe una competencia más fuerte entre los intelectuales, sabe que oprimiendo y desinformando, todos aquellos que guardan silencio sobre el futuro simplemente pierden silenciosamente.

Como en estos dos últimos años la política de hoy, es imposible sin una idea clara del futuro, los intentos de proponer en cambio la fórmula “conmigo todo será inquietante como la república”, no funcionan, ya que se reconocen como épocas de estancamiento y con el mito de un eterno retorno a tiempos de disputas fratricidas. 

En las empresas, el negocio de hoy también es imposible sin vender la idea del futuro, y si a la vez se presenta su rechazo, como ignorar el turismo, o regular propiedades o alquileres, detiene inmediatamente el consumo moderado. Y en palabras contrarias u oposición, basta con expresar cualquier idea seria y favorable del futuro, y la gente comenzará inmediatamente a vender bienes que les permitan corresponder mejor con él. 

Además, es preciso sostener los pilares de apoyo básico de las familias como es la educación, como materia orgánica e ingeniería espiritual, y parece que es la última de las artes humanas, que todavía está tratando de edificarse apelando a una supuesta verdad superior. 

La literatura, la música, el teatro, el cine, y todas las artes plásticas hace tiempo que abandonan estas circunstancias, y la educación tendrá que seguirlas y construirse a partir de la idea de experimentar con las personas, en el diseño de un espacio de transición de online a offline y viceversa, aunque todavía ahora no está muy claro cómo será la implicación y conjugación de las instituciones para el resultado.

La educación no es bulo y no se crea para la autoexpresión de un gobierno de paso, sino como acervo para ofrecerla a los demás. Observando que en ocasiones, no se puede corresponder directamente con igualdad a los demás, por el propio entorno de convivencia, dado que no es como la ropa, y no se adapta a todos por igual, de aquí que exista la educación especial. 

Por lo que debemos considerar que la educación se adapta a las personas a través de programas y construcciones ideológicas. Así que de poco puede servir, juntar a niños y niñas en colegios, y separarlos propiamente en los dormitorios.

Aunque no somos conscientes de ello, es una figura de no entendimiento social, con una diferenciación arcaica y poco relevante para el original desenvolvimiento ajeno en el futuro.

En el maltrecho futuro de hoy, todos trabajan con la verdad del sentimiento, y los derechos de la experiencia interior.  No existen, ni tienen reglas estéticas prescritas, y no apelan a la autoridad externa.

Ahora la educación aguanta con sus últimas fuerzas. Y precisamente para resistir, las familias intentan construir sus miradas en tal o cual forma de fundamentalismo familiar y social, es una búsqueda silenciosa de una fuerza e inspiración superior, en la que poder apoyarse contra esa maldita, caprichosa y sucia creatividad.

El fin de la educación no es crear círculos de entorno político, consiste en unir a las personas con un sentimiento, las personas se convencen de la verdad de sus sentimientos cuando descubren que otros están experimentando lo mismo, entonces la experiencia interior se convierte en el significado, la significación solidaria de la vida. 

Pero esto significa que una persona consume las experiencias de la sociedad, o incluso que la sociedad se consume a sí misma. En consecuencia, la educación no adquiere importancia en absoluto, es un tema sin importancia. Le interesa ese proceso social, esa experiencia de sociedad, que logra provocar y organizar en sí misma y en su alrededor.

Llegasteis y marchareis como la pandemia.



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