Desinformación
en manada
En cierto sentido, la privacidad fue una
conquista de la civilización, y somos muy conscientes que todo el mundo conoce
bien su situación económica, ocupación, acciones, actitudes, gustos y
preocupaciones, luego sería mucho mejor no optar por ser diferente en todo
esto, dado que ahora la persecución de
extraños e idiotas, no es en este momento ni siquiera persecución, sino un sano
instinto de manada.
Antes existía y se fomentaba cierto anonimato
administrativo, era una de las bases que sostenían las personas que trabajaban
en las instituciones con la privacidad, y hace 40 años no era costumbre dudar
de ello, cuando aún existían, atenciones y accesos, oposiciones y
contrataciones desinteresadas, limpias por los secretos de la valía, sobre todo
eran un conjunto de esas señaladas virtudes de herencia que no obtuvo la España
ultra-democrática.
Las últimas palabras sentidas con la
desinformación es el uso de datos personales contra la persona, y así están
dando cierta alarma. Aceptando la lógica de una apertura en una nueva
normalidad, a las personas se les exige sacrificar su privacidad, e incluso en estos
casos radicales como en la propia utopía de otorgar, no sin pesar y presentir
miedo.
Pero la libertad de hacer, pensar, soñar y
tener los límites del propio territorio personal más allá del cual la sociedad
no puede penetrar, cambia a la conveniencia y la economía. Conveniencia de
tener alojamiento okupado gratis, transporte gratis, comida gratis. Por
cierto, la economía planificada del presente gobierno en esta España se basa
exactamente en esta lógica.
La comodidad, la economía, la seguridad son
cosas muy importantes, y las personas a menudo intercambian su libertad por
ellas.
Así el estado totalitario fundamenta la
necesidad de restringir la libertad de los ciudadanos precisamente por estas
razones. Pero, por supuesto, siempre existirán diferencias, aprenderemos a
cambiar nuestra libertad, dando las funciones de control total no al estado del
gobierno, sino a la comunidad de ciudadanos.
Esta España ultra-democrática que se rinde
ahora por seis meses a que el nuevo blog de moda del presidente del gobierno
sea el boletín oficial español. Como si Avon llamara a tu puerta, siempre figura
con el vil y un constante novelero protagonismo de ignorancia e impotencia,
donde se globea y vanaglorian de “sexpertos científicos” y así con ese odio que les
está caracterizando, van erosionando todas las virtudes personales de cualquier
valía.
Y ahora el estado político totalitario actual
no reconoce los derechos de los ciudadanos a la vida privada, por lo que la
afirmación a una protección discriminada de este derecho siempre ha sido vista
como una falsa garantía contra la repetición de prácticas totalitarias.
El concepto de privacidad está asociado con
las libertades democráticas básicas, y así una persona tiene derecho no solo a
expresar libremente sus creencias, opiniones, puntos de vista, sino también a
no presentarlos, si no quiere, no solo a creer en lo que cree, sino también a
no denunciarlo, no solo tener propiedad privada, privacidad y circunstancias
biográficas, pero también poder informar sobre ellas solo en los casos
previstos por la ley orgánica.
Lo siento por estos preceptos básicos,
resultan tan importantes como problemáticos hoy en día. La cuestión de
cuánto tiempo permanecerá la privacidad o la libertad en el futuro está más o
menos resuelta, no lo hará, mientras exista esa nueva chapuza de virus de ley
de la desinformación.
Con ataques semejantes constantes, ahora
parece que pretenden entrenarnos en esta dirección donde próximamente las
cámaras nos están mirando por todas partes, donde también todos nuestros
rastros electrónicos se recopilan y almacenan.
Aunque el estado de tu salud sigue siendo un
secreto solo en el sentido legal de protección de datos, no lo es en un sentido
práctico, porque tu perfil médico se actualiza constantemente y la información
que contiene puede ser obtenida, aún no por vía legal, por una amplia variedad
de partes interesadas para una variedad de propósitos.
Así como con el dinero digital obtenemos datos
del consumo, lo financiero, etc y etc. Veremos
que muchos de estos perfiles aún no se han reunido, pero las circunstancias para
un nuevo ordenamiento de las castas y los lumpen pretenderán a su manera resolverse
en un futuro próximo.
Están propiciando un estado de humanidad
completamente nuevo y aunque no lo entiendan van a requerir de nuevas
instituciones sociales.
Recordemos que tanto en la historia, como en
la actualidad todos los procesos totalitarios estuvieron acompañados de que
cientos y miles de personas, al falso llamado de su corazón, logrando exigir
así los más severos castigos para sus víctimas.
Luego una conclusión más o menos definitiva
de estas prácticas de la desinformación será la prohibición moral de participar
en la condena colectiva, y durante algún tiempo estará vigente.
Dado que la moral de la nueva red no
encuentra nada reprobable en los procesos públicos, condenas e incluso
maldiciones.
Además, los iniciadores aquí suelen ser
personas nobles y, desde un punto de vista antropológico, podemos registrar un
cambio fundamental en los criterios de nobleza.
Observaremos que las redes sociales de hoy
son una práctica masiva de dominar una nueva ética que elimina a aquellos que
son inmunes a ella.
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