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domingo, 7 de febrero de 2021

Amor sonámbulo....Annan to wéy


Amor sonámbulo

No debes preocuparte por las personas de tu pasado, hay una razón por la que no están en tu presente y por la que no llegaran a tu futuro. Tal vez se resume porque toda persona real no es perfecta y toda persona perfecta no es real.

El paradigma de qué actitud seguir se resuelve de la siguiente forma, si eres débil intentaras vengarte, si eres fuerte perdonaras, pero si eres inteligente solo ignoras, y así lograras disfrutar de cada día de tu vida.

Dicen que muchas palabras son mentirosas, hasta que las aptitudes te advierten de lo contrario, pero sin querer, me había enamorado de quien no me imaginaba, de quien no esperaba y de quien no estaba buscando. Y desde ese momento aprendí que el amor no se elige, es él quien nos elige a nosotros. 

Así que declinando la mirada y con los ojos llorosos, me pronuncie:

No te imaginas, ni sabes las ganas que tengo de decirte que vengas, a hablar de lo que quieras, con tal de tenerte delante, con tal de mirarte a los ojos, con tal de todo, pero contigo.

Yo creía que dos personas que se hacen reír tienen derecho a todo, pero había estado viviendo sin conocer que el equilibrio en realidad estaba en el oído, así que ella, se desnudo ante mí de la forma más erótica posible, se quito los prejuicios, se desabotono los miedos y se dejo ver los recuerdos… entonces me dijo “Te quiero” y fue cuando tambaleo mis cimientos con esas dos palabras seguidas.

La realidad es que las mejores cosas que existen en la vida son aquellas que se regalan  con el alma, se reciben con el corazón y se responden con una sonrisa. Usted no sabe el desorden de emociones que me provocaba su sonrisa.

Con un inminente abrazo, el amor y yo en ese momento hicimos una tregua infinita, porque hay abrazos gratuitos en los que te quedas a vivir, son abrazos que calman el dolor, reducen el estrés, que te curan la depresión y rejuvenecen el corazón.

Empecé a reír mucho, con más regularidad y aprecie que Hoy es el mañana que tanto me preocupaba ayer, así que le dije:

Quédate otro rato.

Y con su sonrisa traviesa respondió:

No tengo que irme y tú ya debes despertar.




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