La
tortilla de Wuhan-Davos & Rodiezmo
"El mundo no
volverá a ser como antes", que yo recuerde es una frase expresada por diferentes
dirigentes de casta, el actual ministro de universidades español, el Sr. Manuel
Castells también la pronuncio, posiblemente sea un código o parte del sistema
pinyin, dicen que posee un complejo sistema de diacríticos para marcar los
tonos, pero evidentemente es una frase corriente y moliente porque siempre se
cumple, por ejemplo yo expreso una mas optimista y menos melancólica : “Todos
los días amanece”
Davos
y Rediezmo en la realidad, estas dos fiestas a diferente escala
de la burguesía socialista, tienen unas similitudes asombrosas. En estas
celebraciones impera más la ostentación y el yo soy y tengo, que él no me
merezco, donde el inexistente «sentido social» se encuentra totalmente presente
año a año y es el que nos tienen acostumbrados los dirigentes soberanos.
En esta ocasión Klaus
Schwab, fundador del Foro Económico Mundial avalado por una multitud de
murciélagos, (o vampiro-empresas que logran extraer las divisas de los países y
desequilibrar los fondos monetarios en occidente operando desde oriente), se
corono de coravirus inofensivo.
Estos propusieron
invitar al arrendador de las fábricas y establecimientos, y ese mandatario
comunista ha inaugurado la cumbre con un discurso para el disfrute de la
izquierda política, evidentemente preparado por una mente demente de sicología occidental
para que resultare de tono triunfalista y sirviera como un manual de órdenes
dirigidas a los líderes mundiales.
Si bien estas
circunstancias, se encadenaron a las anunciadas previamente, meses antes por su
compañero de tropelerías, el director general de la Organización Mundial de la
Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, el cual tuvo el descaro
consentido (habría que inhabilitarlo), donde ha advertido a la población en un
vídeo publicado a finales de diciembre, de que la pandemia del coronavirus no
será la última de este tipo de crisis. "La historia nos dice que esta no
será la última pandemia”.
El mandatario
comunista no exhibió arrepentimiento o culpa de propagación y con un descaro
ardiente, su vocación burguesa arrastrada por un irrefrenable complejo
ostentoso sin la mínima prudencia, inauguro la cumbre con un discurso
triunfalista y un manual de órdenes dirigidas a los líderes mundiales.
“Pese a que el
gobierno chino ocultó el virus desde principios de enero de 2020 a la comunidad
internacional, dejó que volarán aviones durante dos meses desde China al resto
del mundo, transportando enfermos contagiados, y desabasteció de mascarillas a
numerosos países europeos y americanos, mientras la covid-19 se expandía”
En realidad todo lo
que es triunfalismo es griterío, debilidad y es un intento más, de atemorizar a
la población, representando la ideología persuasiva de ese carácter “chulo-chavista-chino”.
No ha pronunciado ninguna
disculpa, dado que el virus, se piensa que fue un intento de respuesta y otra
forma más de retrasar la desubicación iniciada en los últimos tiempos de
empresas allí, como consecuencia del creciente boicot en occidente a productos
de fabricación en ese lugar, donde no nos gustan sus respetos, y como los “huevos
sin jaula“ suma cada vez más adeptos.
Así que frente a la padecida, reconocida y creciente chuzonería mundial por uno más de los chorizos, se nos ha incrustado con un carácter irreversible en el pensamiento de todos los ciudadanos, una repulsa como consecuencia de este tipo de actitudes peligrosas y asesinas, ejercidas desde la ocultación por esos dirigentes algunos lógicamente de China.
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