Crisis de legitimidad
(en la Dirección General de
Protección Civil en España)
La Protección Civil
española constituye uno de los pilares de la seguridad colectiva, fruto de un
proceso evolutivo que, desde su origen como Defensa Civil en el franquismo, se
transformó en un sistema democrático, participativo y descentralizado. Su
finalidad, recogida en la Ley 17/2015, de 9 de julio, del Sistema Nacional de
Protección Civil, es garantizar la protección de las personas y bienes frente a
riesgos graves, bajo los principios de solidaridad, cooperación
interadministrativa y coordinación estatal.
Por ello, el papel de
la Dirección General de Protección Civil y Emergencias requiere un liderazgo
sensible, técnico y neutral, capaz de integrar a los distintos niveles de la
Administración y transmitir confianza ciudadana. Sin embargo, los recientes
episodios protagonizados por su actual directora general, Virginia Barcones,
han generado una percepción contraria: un estilo confrontativo, autoritario y
politizado, que distorsiona la misión original de la institución.
Este ensayo analiza
críticamente su gestión comunicativa e institucional, la compara con etapas
previas de la Dirección General y revisa casos emblemáticos ,como la crisis de
los incendios de 2025 o la DANA reciente, para demostrar cómo se ha producido
un quebranto en la neutralidad y eficacia de la Protección Civil española.
A_Primera
crítica: estilo confrontativo y politización
En agosto de 2025,
durante la crisis de incendios que afectó a varias comunidades autónomas,
Barcones protagonizó unas declaraciones que han sido ampliamente criticadas por
su tono beligerante. Frente a las demandas de Galicia, Castilla y León y
Extremadura, acusó a sus gobiernos de formular «discursos ficticios» y pedir
recursos «imposibles».
Más allá de la
veracidad técnica de esas demandas, lo relevante es la forma de comunicación
institucional:
·
Se utilizó un lenguaje despectivo y
deslegitimador, impropio de un cargo que debe ser integrador.
·
Se reprochó públicamente la falta de
anticipación autonómica, en lugar de abordarlo en los canales de coordinación.
·
Se priorizó la defensa política del
Gobierno central frente a la explicación pedagógica de los límites logísticos y
operativos.
Este modelo de
liderazgo no solo erosiona la confianza interterritorial, sino que proyecta a
la ciudadanía la imagen de un organismo más preocupado por el enfrentamiento
partidista que por la gestión eficaz de la emergencia.
B_Evolución
histórica y comparativa de estilos de dirección
El contraste se aprecia
al comparar con las etapas anteriores de la Dirección General:
1. De Defensa Civil a Protección Civil
(años 70-80)
·
Modelo
jerárquico-militar, centrado en la supervivencia del Estado.
·
Transición
hacia un modelo civil y descentralizado, con los primeros Planes Territoriales
de Emergencia.
2. Décadas de consolidación (años
90-2000)
·
Directores
con perfiles jurídicos y técnicos, dedicados a elaborar normativa como el Plan
Estatal de Protección Civil (RD 407/1992).
·
Estilo
institucional discreto, con énfasis en la planificación y cooperación.
3. Crisis del 11-M y consolidación de
la UME (2004-2010)
·
Emergencias
como los atentados de 2004 o grandes incendios pusieron de relieve la necesidad
de reforzar la coordinación estatal.
·
La creación
de la Unidad Militar de Emergencias (UME) supuso un salto en capacidad
operativa, pero respetando la centralidad autonómica en la gestión ordinaria.
4. Última década (2010-2020)
·
Estilo de
dirección más bajo perfil mediático, pero fiel al principio de neutralidad
política.
·
Incluso en
momentos de escasez de medios, se evitó convertir la Dirección General en
escenario de confrontación.
5. Etapa actual (2023-2025, Virginia
Barcones)
·
Ruptura con
la tradición de neutralidad.
·
Comunicación
pública usada como tribuna de reproche político.
·
Estilo
autoritario que humilla a las autonomías en lugar de integrarlas.
C_La ausencia en la DANA: un contraste revelador
Si en los incendios de
2025 la directora general apareció con un tono excesivamente confrontativo, en
la DANA de Noviembre_2024 (gota fría que afectó a Levante, Murcia y zona centro)
ocurrió lo contrario: desapareció del espacio público.
- Mientras
miles de ciudadanos sufrían inundaciones y evacuaciones, Barcones no
ejerció un liderazgo visible.
- La
comunicación recayó en otros organismos, transmitiendo la impresión de desinterés
o incapacidad de respuesta.
- Esa
ausencia fue interpretada como desprecio institucional hacia los
afectados y debilitó la credibilidad del sistema nacional.
El resultado
es un doble déficit de liderazgo:
- Cuando
se requiere calma y pedagogía, la directora está ausente.
- Cuando
comparece, lo hace en un tono autoritario y politizado.
D_Ruptura
con el espíritu fundacional de la Protección Civil
La Ley 17/2015
establece como principios rectores de la Protección Civil:
- La solidaridad
entre administraciones y territorios.
- La cooperación
interadministrativa como eje de la gestión de emergencias.
- La participación
ciudadana y voluntariado como complemento esencial.
El modelo
actual de dirección rompe con estos principios:
- En
lugar de solidaridad, se genera confrontación.
- En
lugar de cooperación, se practican reproches públicos.
- En
lugar de poner en valor al voluntariado, se invisibiliza su aportación
bajo discursos de enfrentamiento político.
Esto supone
un retroceso histórico, acercando la institución más a un comisariado
político que a un organismo técnico y ciudadano.
E_Consecuencias
institucionales y sociales
La
continuidad de este modelo puede generar:
- Desconfianza autonómica, dificultando la coordinación
en futuras emergencias.
- Desmotivación técnica en mandos intermedios y
personal voluntario.
- Erosión de la credibilidad
ciudadana, que
percibe divisiones en lugar de unidad frente al riesgo.
- Politización de la cooperación
internacional,
restando legitimidad a España en el marco del Mecanismo Europeo de
Protección Civil.
F_Situación crítica
La gestión de Virginia
Barcones representa un quebranto en la historia de la Protección Civil española.
Su estilo confrontativo en los incendios de 2025, unido a su ausencia en la
DANA del 2024, proyecta una imagen de liderazgo errático, autoritario y
partidista, contrario a los principios fundacionales de la institución.
Mientras etapas
anteriores reforzaron la neutralidad técnica, la cooperación
interadministrativa y la sensibilidad social, el modelo actual pone en riesgo
la confianza ciudadana y la coordinación territorial.
En definitiva, la
Protección Civil no puede convertirse en un instrumento de confrontación
política. Su misión es más alta: proteger la vida y los bienes de los
ciudadanos con eficacia, neutralidad y solidaridad. El desafío pendiente es recuperar
ese espíritu fundacional y garantizar que la Dirección General vuelva a ser lo
que siempre debió ser: un organismo técnico al servicio de todos, sin
ideologías ni imposiciones.
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