La Naturaleza tiene las respuestas.
Siempre existe un coctel de características y dominios que utilizamos y nos son decisivas para captar las dimensiones básicas de percepción, sobre las que evaluamos a los individuos o grupos de personas, estas circunstancias es nuestra categorización discreta, que el sistema neuronal realiza y nos ayuda a alienarnos al igual que analizamos desde el nacimiento la visión cromática del color.
Los seres humanos, mantenemos diferentes características socio cognitivas que a veces no son comunes y propias: una podía ser la atractividad o competencia facial, que potencia las impresiones basadas en el rostro y que suele ser valorada en ocasiones para ser un buen comunicador, es el numen del sesgo; otra podría ser la competencia que abarcaría la inteligencia y la habilidad, aunque también desarrollamos la sociabilidad que podía englobar la simpatía y la amistad. Y por ultimo la moralidad reflejada en la confiabilidad y honestidad.
Esta categorización es la que nos incitan a poseer nuestro propio enfoque social e interactuar, naciendo nuestros propios macrofagos psicosociales y que constituirán la primera linea de defensa de nuestra interpretación social.
Uno es recibido como le ven
y es despedido como es.
¡¡Excelente como siempre!!
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