El orgullo del arte
Cuando nos referimos a la humanización del arte, es posible que las
causas, provengan, porque se haya abusado de la vida metafísica, donde lo real
y lo irreal resultan polos de una misma concepción de la naturaleza, y donde su
concepción orgánica se desnivela reaccionando hacia los extremos opuestos.
Pudiendo ser preciso que se produzca una regeneración en la rustificación de
las inteligencias, donde el cerebro pueda orientarse al corazón, según padezca
o anteponga su sensibilidad o intelectualidad aguda.
El arte es ante todo una contemplación interesada y pura, es un
fluctuar continuo, donde todos tienen razón en cuanto representan un elemento vital
legítimo; pero no la tienen en cuanto excluyen los otros elementos.
Los neoclásicos lo purifican, pero lo entumecen; los románticos lo
libertan ,pero lo embriagan, los parnasianos lo serenan, pero lo secan, los
naturalistas lo robustecen, pero le cortan el vuelo, los decadentes lo espiritualizan,
pero lo enervan y todas estas oscilaciones confirman la tendencia de un
constante equilibrio, en plenitud armonía,
en cada periodo, donde las diferentes corrientes se renuevan y luchan,
intentando dominar la integridad del mundo artístico, queriendo o no dentro de
la propia obra.
El alma humana es natural y propiamente contemplativa, y solo cuando se
entrega a este natural estimulo de la contemplación, es cuando el hombre
realiza el fin sustancial de la vida, todo lo demás son funciones subalternas
de la vida, que tienen por objeto conservarla, mejorarla o reproducirla. Cuando
el ser humano contempla no hace por la vida, sino que vive.
El arte es la vida sintiéndose y contemplándose a sí misma, sin otra
finalidad que contemplarse, al igual que el amor mismo, mezcla impura de
sentimiento y de instinto, que solo se eleva a la altura máxima del hombre
cuando se resuelve en contemplación. Es el espíritu del hombre dinamizándose,
donde nace la creación del artista, envolviendo a la espontanea naturaleza y
las grandes brisas de la inspiración.
La distancia suprema del arte, esta en uno mismo.
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