Pelele, Payaso y
Pinocho.
Es cierto que siempre
la concordia vendrá, o dispuesta por la razón, ó impuesta por la necesidad,
tanto más violenta y defectuosa, cuanto más se la rechace, tanto más perfecta y
tranquila, cuanto más se la procure y prepare.
Los que sueñan con la
posibilidad de que un principio exagerado, de que una aspiración exclusiva, de
que algún cambio político en Venezuela, se sobreponga y se imponga a los demás
existentes y los destruya definitivamente, sueñan en verdad con una cosa solo
en sueños posible.
Son los que no se han preocupado
durante años, de los cataclismos sociales de la población, que las discordias
políticas y económicas preparaban, son tan poco previsores cuanto están torpemente
preocupados.
Las personas que no
buscan ya medios de conciliación y de concordia, con los demás hombres, ó andan
movidos por un interés bastardo o desorientados y han perdido el único norte en
las alturas que alcanzamos; que pertenecen y se integran en partidos políticos que
no trabajan por avenirse y transigir con los demás partidos, es probable que
sigan y vayan a figurar muy secundariamente en los sucesos sociales y políticos
de lo porvenir.
Siempre será indecible
el extenso campo que se ofrece a la crítica política, hecha con espíritu recto
y no arrebatado por ímpetus de contradicción. Aun considerando estos asuntos
desde el punto de vista de la ambición, del afán de la gloria y de honores, que
imponderablemente exigirán siempre la razón y la justicia.
Si uno fuera valiente
de corazón, no sería un Pelele, ni tampoco un Payaso, ni mucho menos un
Pinocho, porque en mi razón, no mostraría tanto ensañamiento y encono, y con
sólo que prescindiera de estas miserias, llegaría alcanzar un inmenso valor y
una extraordinaria eficacia.
Los hombres poco reflexivos, son inspirados por utopías exclusivistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario