Democracias del Diablo
Todo lo que no sea un árido ejemplo de educación y respeto, por el
principio universal de la vida misma, es una abstracción ininteligible, que nos
hace renunciar a la única realidad,
puede parecer oír mas de mil voces gritando, cuando en algún escenario educativo,
se cometen atrocidades de sangre y muerte, donde no me extiendo en el abismo de
los detalles.
Estos son hechos irrevocables y muy repetidos, por la permisividad de
una legislación que ampara y autoriza la tenencia de armas, y estas
circunstancias en la cuna de Europa, se interpreta como realidades de un
concepto muy atrevido y también de corrupciones mentirosas escondidas bajo una
autentica temeridad filosófica.
En Norteamérica las propiedades, de combinación de reacciones mutuas
que existen latentes, pero inertes en este siglo XXI, están muy lejos, de presentar una civilización
como invencible, por el contrario, si alguien, se propone en un instante dado,
ir contra la presente realidad, lograra una victoria tal vez, pero morirá al
mismo tiempo.
Sabemos que la energía vencedora, lleva al suicidio implicado en la
derrota. Si queremos estar conformes con la vida, no deprimamos esos instintos,
pues son la vida misma.
Lo que más sorprende, en este vigoroso hecho de advenedizos sociales,
es ese impertinente clamoreo, que siempre propugnan internacionalmente, buscando
perfeccionar democracias ajenas, donde mezclan con una oscura destruyente y jactanciosa
garrulería mezquina, sus propios talentos de corto alcance.
Por eso, en la escala antedicha, se precisa formar grupo aparte, y al
mismo tiempo aunque se pueda estar dentro de las costumbres de la materia, llamémosle
así.
Todas las otras, son costumbres creadas por la multitud de agentes
exteriores, exclusivos a ciertos grupos y circunstancias; las de este presente
no figuraran, ya que la de los instintos son generales inherentes a la
substancia animada que no podrán jamás extinguirla, so pena de que la vida se
anule a sí misma.
Los principios contienen todas las consecuencias, y cada una de estas su principio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario