Los feudos
de la fortuna
Un político, (como el actual embustero nacional) que por
escrúpulos de conciencia procura la objetivación con sus sentimientos de odio hacia
sus adversarios y pone en peligro los intereses que le están confiados es tan
digno de una noción de censura, como el déspota
o revolucionario que sin fin que lo determine, ni causa que lo impulse, se
impone a toda la ley y a todo el principio.
Observamos atónitos que ataca los fundamentos del Estado
destruyendo su propia autoridad y sembrando continuamente por todas partes la
desconfianza y la incertidumbre; y esto no le impide aceptar una innovación reformando
el concepto de la libertad de prensa y hasta violentando el derecho desde el
instante que así lo exige la existencia de la propia meta trazada, junto con el
progreso de sus propios intereses, que con sorna denomina de unión social.
En esta época, es, pues indispensable, interpretar fielmente el
derecho, y parece que también alguna religión, no se puede establecer una
comparación odiosa, entre un comentario de una noticia que sea verdadera o
falsa, denominado chisme, con un virus pandémico denominado covid; porque una
cosa es un “chisme” y otra muy distinta es “chismear” que es hablar con indiscreción
o malicia de alguien o de sus asuntos, formulado de otra manera sería decir algo
desde el purgatorio, o bien otra forma intencional y muy distinta hablar desde
el infierno.
No existe una sola doctrina, porque con otros orígenes, se conocen otras diferencias conceptuales del
control, que no guardan esa expresión de ego comunista, y estos dicen que el dharma
como conducta piadosa correcta, expresa la humildad que nadie nos puede negar
el karma. Luego ciudadano “zapatero a
tus zapatos”.
Porque cuando las medidas o actitud legal dimana del poder puede
ser celebrada como solución “verdadera”, y otras se designan con el nombre
realmente equivoco de “golpe de estado”.
Y también sabemos que si el movimiento se encauza, para que parezca
que nace del pueblo, lo denominaremos revolución cuando triunfe, y motín o
rebelión cuando es sofocado por la iniciativa y la fuerza de la economía
gobernante.
Ahora las palabras libertad e igualdad, tienen un poder
desconocido, por las divisiones de enrutamiento de las redes periodísticas y sociales,
las antiguas divisiones de clases y jerarquías, ahora se sustituyen por coexistencia
de morales sistemas de división intelectual.
La rutina del desarrollo de la política, pretende ser lógica
buscando predicaciones de interpretación, más es necesario tener presente que
la ética de la inteligencia artificial, es la falsa igualdad, esa igualdad
estrecha, apasionada, exclusivista, que sólo busca el poder sin límites de la
demagogia, matando el organismo natural de la ciudadanía y convirtiéndose en la
más bárbara y espantosa de las tiranías.
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