La idea de
hacer daño en la conciencia del actual residente temporal de la Moncloa, no es
más que la antelación de esta otra idea en la que nos pretende hacer rivalizar
con la titularidad de la jefatura del Estado.
Con este
residente iletrado y un gabinete ministerial con tan sólo ataduras corpóreas a
cual más bochornosamente son ambiciosas, vemos aquí dos aproximaciones que dan un
solo resultado: la defenestrada poligamia política, porque esta es el resumen
de todas las inútiles grandezas y de todas las perdidas ambiciones que consignan la poliandria independentista y la poliginia nacionalista.
Así se
motivan y se personan sin respeto, recreándose en ese placer que lo impera todo
y donde evitan desde las esenciales
explicaciones sanitarias a la ciudadanía, y hasta se recrean en falsas
cuestiones de seguridad cobarde, porque ese placer social comunista tan sólo
palpita desde el lecho de la voluptuosidad de los santones bolivarianos, hasta
la agonía de su propia impotencia.
Porque ese
placer se elevo en maletas cargadas de efervescencias de fuego, y así viaja desde
la molécula hasta la realización del plácet europeo, y desde esa realización
hasta la divinidad apocalíptica en defensa del olvido de los crímenes de lesa
humanidad.
Son
figurantes de barraca que pretenden abarcarlo
todo en síntesis indescriptibles de risas y llanto, de inercia y delirio, de
alegría, de espanto y ambiciones, porque solo anhelan el poder, solo anhelan la
fuerza, solo anhelan la apoteosis, y si ansían la deificación presidencial, no
es más que para gozar, gozar hasta morir de un placer inmenso por no resolver
ningún problema auténticamente presente y social.
Recordando
que cuya síntesis amplísima es el embuste, cuya aureola radiante es la vanidad,
y cuya única verdad inconcusa es la satisfacción con soberbia de sus propios
sin sentidos.
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