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sábado, 26 de septiembre de 2020

Males incontenidos......Recuerdos de la Alhambra


Males incontenidos.

España es uno de los países donde más rige la pasión que el raciocinio, donde todo amor es sublime y todo rencor es implacable; donde lo vulgar se desdeña, y donde a todo, lo más humilde y sencillo, es necesario adornar con los más entusiastas protocolos de la sociedad civil.

En realidad algunos no parecen vivir sin pasar de una exageración a la contraria, y se introducen y asignan fantasías de traiciones o como espejismos visualizan injuriosas montañas.

Y de esa manera en esa desdicha de “nueva normalidad” o “dulce ensañamiento”,  salen del armario, y pretenden a su exclusivo gusto querer obligarnos a ser enteramente del todo, optimistas o pesimistas, según el aire que les convenga.

Así que para atender en cualquier instante y cuidar la ulcerosa colitis de personajes estrambóticos como los iletrados Campo y Garzón, previamente en su momento sugerimos a Gates la soberana invención del váter sin agua.

Debemos tener en cuenta, que las mayores ventajas están y estarán siempre del lado de los optimistas, porque les acompaña constantemente la satisfacción y la alegría.

Aunque los reflejos de la envidia como la que indiscutiblemente poseen otros muchos , rivaliza con los sencillos aplausos de los que creen vivir y poder mejorar en el preferible de los mundos posibles y junto a ellos está la inmensa mayoría de los habitantes de un país de tanta inventiva como España.

También es cierto, ahora en medio de tanto pesimismo inducido por ese nefasto gabinete del gobierno, que queramos alejarnos de toda exageración, de toda intransigencia de esa maldita escuela en la utopía social comunista y de todo espíritu de la entelequia del lenguaje fanático de las instituciones.

Queremos jugar a la patria de hoy puestos los ojos en la patria de mañana, tal como la juzgaría un extranjero enteramente imparcial, o como nos juzgaría la historia dentro de medio siglo. Sin más esperanza que el prestigio del Rey, y con escasa fe hacia las constantes hipocresías y embustes humanos de ese desbarajuste de mal gobierno.

Donde por ahora nos será permitido impugnar tales preocupaciones, que son siempre el origen de crasos errores, constantemente opuestos a toda suerte de adelantos.

¡Viva el Rey ¡


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