La España de
los males
Alabar la
abnegación, poner a la vista actos desinteresados no será divertido, hacer reír
mas al partido burlado que al trabajador hambriento, desdeñar la procacidad del
resultado es pretender ridiculizar los actos de Oposición, la rectitud de las
instituciones y de los tribunales y la moderación de la vida privada.
Sabemos que
el erudito aprende diariamente alguna cosa nueva; mientras tanto el ignorante
recibe las nociones que le ayudan a dejar de serlo.
Nuestro
planteamiento será dilucidar ¿Cuál será la influencia del amor propio en esta
noción de censura?, conocer si ¿Se mantendrán las reiteradas y aludidas
condiciones de sumisión partidista?.
No ser
protagonista para algunos evidencia inmadurez. Aunque advertimos que de ahora
en adelante surge, nace y existirán las próximas contemplaciones para que hayan
de tener en la cultura influencia, ante semejantes intransigencia de opiniones.
Vaticinar
ganar o perder, resulta de gran miopía en la metáfora política, es una visión escasa,
simple y anecdótica frecuencia de no observar
el orden y el límite del propio tiempo.
Ahora bien,
disponer de una valoración en el dilema existencial, nunca será más perjudicial
que beneficiosa, dado el mantenimiento de esta continuada violencia de ideas y
de persuasión en el lenguaje, que se han protagonizado.
Aclarar que
no existe vacuna, ante esa pasión enconada en introducir las ideas de
república, con el único y sistemático empeño de deprimir lo que procede de
partidos adversarios, ejemplarizando e inmunizando a las venideras generaciones.
Tan sólo
advertir que no encararse y dejar que se forme una escuela moral de propaganda,
en cuanto al fondo que fomentan cuatro aprovechados, no mejorará el pliego de
las grandes decisiones, ni tampoco la sección de delincuencia y estadística de crímenes,
siempre buscada para desviar el curso de la justicia.
Sostener con
el silencio que se instruya á los delincuentes, como a los mismos okupas es
engañar y endurecer los sentimientos del pueblo; Donde este gobierno ha caído
en la debilidad de lo indigno, manteniendo y fomentando unos problemas sociales jamás vistos en la vida
real.
Se ha
despreciado aquella ruta de la seda por donde circulaba la senda de la suavidad
de las buenas costumbres, todo lo noble y honrado está dejando hablar, sólo al
grosero materialismo del comunismo social.
Y así serán
alguna de las preguntas que surgirán derivadas de esa arca vieja donde fueron
amontonados, aquellas viejas emulaciones de pactos bipartidistas, aquellas en
las que obligaban a desdeñar la baraja española por la de naipes con comodines de la prensa peletera.
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