Nosotros
iluminamos el mundo
Hacer algo distinto siempre ayuda a sentir cierta
liberación, haciéndonos poner en acción nuestros instintos, que nos procuran
salir de la rutina, esto nos conlleva a tener otro tipo de consideración con
nuestro entorno inmediato, dado que rompemos nuestras habituales ataduras, centrándonos
en los intereses que verdaderamente deseamos en ese momento, estas nuevas
sensaciones tienden a aumentar nuestra propia estima y a sentirnos más útiles.
Conociendo este tipo de metamorfosis que se
producen en las emociones, podemos llegar a establecer con nuestra pareja,
ciertos códigos o gestos de consideración universal, que todo el mundo
reconoce, para que la demostración de amor, resulte permanente, con independencia
del tiempo que haya transcurrido en conocerla.
Algunos gestos resultan abiertamente reconocibles,
como observar esa convergencia que poseen las personas enamoradas en el seguimiento de la mirada, esa intermitencia continua en mirarse y ese estar pendientes uno del otro;
pero también existen otros detalles más sutiles como cuando uno interviene
sobre el otro, cuando este denota algún tipo de molestia, que aunque nadie se percate, tan
sólo tienen un significado para la intimidad de la propia pareja.
La complicidad de los enamorados casi siempre
viene unida a ese carácter y sentido de confidencialidad, que perpetua la
propia conexión; son habitualmente gestos delicados, con cariño y que manifiestan
comprensión, como una simple mirada o una relajada sonrisa.
Este tipo de reconocimientos en la pareja son
las demostraciones cariñosas, que día a día, se perpetuán en el propio acuerdo existente, manifestando la
estima y consideración especial que tenemos en el otro, consiguiendo que este
tipo de amor ilumine el mundo.
Ella es de esas mujeres que aún cree en el
verdadero amor, de esas que cuando les dices
palabras bonitas aún se sonrojan, ella no sabe que el
que la mira piensa en una estrella, y se dice así
mismo la belleza de una noche estrellada se queda
corta a su lado. Ella lleva en su mirada un toque
de tristeza pero al observar a su amor sus ojos
brillan como dos luceros en una noche
despejada..Lo único que la atemoriza es algún
día toparse con el miedo de no amar pero no sabe
que hasta el miedo se enamoraría de ella
todos los días.
(Ron Israel)
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