Emociones y
amores cuánticos
Tenemos que pensar que la interacción de la comunicación
en la actualidad es como un golpe de luz instantáneo, con ello las personas han
ido cambiando en las últimas décadas de manera impactante en sus
comportamientos, debido a la llegada y utilización de las nuevas tecnologías, dado
que nos están permitiendo la
comunicación instantánea. Estos hechos están logrando acostumbrarnos a
realidades “imposibles”, hasta las fechas no efectuadas.
Hoy en día, normalmente solemos mantener
ciertas exigencias al realizar diversas acciones en el mismo tiempo, como estar
trabajando con el ordenador o computadora, hablar por teléfono, escuchar
música, o bien si miramos la televisión, estando pendientes al mismo tiempo de
atender nuestras redes sociales, mensajes de texto, correo electrónico, o las alertas
de noticias en el celular.
Hasta hemos llegado a ser capaces de mantener
una conversación seria de índole emocional, mientras realizamos una multitarea
de otra índole.
O bien atender, al criterio del resultado de
un wearables, como el Geeksme, un reloj que mide la actividad sexual, midiendo
la duración, la grasa quemada el consumo de calorías o la intensidad para
lograr saber el grado de satisfacción. Con lo cual, también podemos decir, que
este sistema de vida inducido en este tipo de realidad virtualmente instantánea
y corrida, nos está generando ciertos efectos de impacto disfuncional en el ámbito
emocional y cognitivo, estamos en un tiempo sin pausa, sin silencios, que en
cierta manera nos procuran hacer ver acelerado, valorando sólo la instantaneidad o
la primera impresión y sin percatarnos, no nos damos cuenta que esto es debido en
gran medida a que este tipo de instantaneidad digital resulta el complemento y
adorno de distracción de las actuales relaciones, dado que en gran medida la razón
y el comportamientos de las relaciones emocionales y sociales también se han
transformado y estas están resultando adiabáticas.
Sin embargo en la actualidad sobre esta
realidad y estos pormenores no existen apenas reparos, sino más bien son todos
elogios, discreciones y aprovechamientos.
LOS AMANTES
¿Quién los ve
andar por la ciudad
si todos están ciegos?
Ellos se toman de la mano: algo habla
entre sus dedos, lenguas dulces
lamen la húmeda palma, corren por las falanges,
y arriba está la noche llena de ojos.
Son los amantes, su isla flota a la deriva
hacia muertes de césped, hacia puertos
que se abren entre sábanas.
Todo se desordena a través de ellos,
todo encuentra su cifra escamoteada;
pero ellos ni siquiera saben
que mientras ruedan en su amarga arena
hay una pausa en la obra de la nada,
el tigre es un jardín que juega.
Amanece en los carros de basura,
empiezan a salir los ciegos,
el ministerio abre sus puertas.
Los amantes rendidos se miran y se tocan
una vez más antes de oler el día.
Ya están vestidos, ya se van por la calle.
Y es sólo entonces
cuando están muertos, cuando están vestidos,
que la ciudad los recupera hipócrita
y les impone los deberes cotidianos.
si todos están ciegos?
Ellos se toman de la mano: algo habla
entre sus dedos, lenguas dulces
lamen la húmeda palma, corren por las falanges,
y arriba está la noche llena de ojos.
Son los amantes, su isla flota a la deriva
hacia muertes de césped, hacia puertos
que se abren entre sábanas.
Todo se desordena a través de ellos,
todo encuentra su cifra escamoteada;
pero ellos ni siquiera saben
que mientras ruedan en su amarga arena
hay una pausa en la obra de la nada,
el tigre es un jardín que juega.
Amanece en los carros de basura,
empiezan a salir los ciegos,
el ministerio abre sus puertas.
Los amantes rendidos se miran y se tocan
una vez más antes de oler el día.
Ya están vestidos, ya se van por la calle.
Y es sólo entonces
cuando están muertos, cuando están vestidos,
que la ciudad los recupera hipócrita
y les impone los deberes cotidianos.
Julio Cortázar - Último Round.
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